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Ciencia

Científicos editan genéticamente calamares para que se vean transparentes

Mediante la técnica de CRISPR-Cas9, desactivan un gen de pigmentación en una de las criaturas más extraña del planeta.

Científicos editan genéticamente calamares para que se vean transparentes

El primer calamar genéticamente modificado tiene a los científicos entusiasmados por el gran paso adelante en el estudio de los cefalópodos: se trata de la desactivación de un gen de pigmentación que permitirá realizar novedosas investigaciones sobre innovaciones médicas, robóticas y de materiales.

Hasta ahora, la investigación en cefalópodos se había visto obstaculizada por el hecho de que no había forma de manipular los genes de calamares o pulpos. Pero recientemente, investigadores del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Chicago, por primera vez, editaron con éxito un cefalópodo usando CRISPR-Cas9, un tipo de tecnología que permite agregar, eliminar o alterar el material genético (es decir, toda la información contenida en el ADN que determina, entre otras cosas, la reproducción, el desarrollo y las características de un organismo) en ubicaciones específicas del genoma.

Que la edición se haya hecho en este extraño ser con tentáculos, específicamente de la especie Doryteuthis pealeii, no es casual ni un dato menor. Su éxito muestra que los cefalópodos, que incluyen calamares y pulpos, finalmente pueden estudiarse utilizando el mismo tipo de herramientas genéticas que han permitido a los científicos explorar la biología de animales de laboratorio más familiares como ratones y moscas de la fruta.

Los resultados de este exitoso estudio, publicado en la revista Current Biology, revelaron que los organismos editados exhibieron hasta un 90% menos de manchas en las células de la piel. Asimismo, el grado de reducción de la pigmentación estuvo directamente relacionado con el momento del desarrollo del embrión en el que se introdujo dicha modificación.

Según Karen Crawford, autora del estudio, el mayor desafío fue atravesar la capa externa resistente que rodea al embrión de calamar para poder inyectar el material que permitiría interrumpir el gen involucrado en la coloración de la piel.

Carrie Albertin, también del equipo de investigación del Laboratorio de Biología Marina por su parte, sostiene: "Para mí, esto cambia el juego. Me ha interesado tratar de entender cómo funcionan estos animales a nivel molecular, y ahora tenemos la capacidad de entrar y probar lo que hace un gen individual".

Y continúa: "Esto es algo que honestamente, si me hubieras preguntado hace cinco años si podríamos hacerlo, me habría reído y habría dicho: 'Sueño con eso'. No pensé que fuera posible. Y, sin embargo, aquí estamos".

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