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Ciencia

Las relaciones abiertas, ¿funcionan?

Un equipo de investigadores analiza las condiciones bajo las cuales las relaciones no monógamas tienden a tener éxito y aquellas bajo las cuales se vuelven tensas.

Las relaciones abiertas, ¿funcionan?

Las relaciones abiertas son una forma de vincularse que no está basada en la exclusividad, sino que sus partes acuerdan tener relaciones —generalmente solo sexuales— con otras personas fuera de ese vínculo principal. Ahora, ¿pueden funcionar estas relaciones? Según un equipo de investigación, depende de una comunicación sólida entre todas las partes involucradas. 

Si bien ya estudios anteriores habían buscado medir el éxito de las relaciones no monógamas, este trabajo publicado en el Journal of Sex Research es el primero en considerar los diferentes matices de la misma y evaluar el éxito de cada tipo de forma independiente.

Con este fin, el equipo de investigadores de la Universidad de Rochester (Estados Unidos) encuestó a 1658 personas de entre 20 y 30 años donde la mayoría estaba en pareja hace una cantidad de tiempo considerable (en promedio casi cuatro años y medio); teniendo en cuenta tres aspectos clave: el consentimiento mutuo, la comunicación y la comodidad.

Luego dividieron a los participantes en cinco tipos de relaciones: dos grupos monógamos (en etapas temprana y tardía de la relación), relaciones no monógamas consensuadas (caracterizadas por un bajo interés en la monogamia y altos niveles de consentimiento mutuo, comodidad y comunicación), relaciones parcialmente abiertas (con actitudes más mixtas hacia la monogamia y menor consentimiento, comodidad y comunicación) y relaciones unilaterales (en las que una de las partes desea la monogamia y la otra tiene vínculos fuera del principal).

Los resultados

Por un lado, las relaciones monógamas y las no monógamas consensuadas mostraron funcionar muy bien, con bajos niveles de soledad y angustia, y niveles de satisfacción igualmente altos con respecto a la necesidad, la relación y el sexo; mientras que los grupos no monógamos parcialmente abiertos y unilaterales exhibieron un funcionamiento inferior.

Por otro, las personas que informaron estar en relaciones abiertas tenían más probabilidades de buscar activamente nuevas parejas sexuales y de haber contraído alguna enfermedad de transmisión sexual. Aquellas en un vínculo monogámico, por su parte, tenían actitudes más moderadas y más mainstream —o convencionales— hacia el sexo.

Algo a destacar es que aquellos que habían consensuado una relación abierta solían tener relaciones más a largo plazo y mayor número de heteroflexibles —personas predominantemente heterosexuales pero abiertas a tener sexo con alguien de su mismo género— y bisexuales; lo que sugiere que personas de la comunidad LGBT+ podrían sentirse más cómodas con estructuras de relación no tradicionales.

"Sabemos que la comunicación es útil para todas las parejas", dice Ronald Rogge, profesor asociado en el Departamento de Ciencias Clínicas y Sociales en Psicología y quien dirige la investigación. "Sin embargo, es fundamental para las parejas no monógamas, ya que navegan los desafíos adicionales de mantener una relación no tradicional en una cultura dominada por la monogamia". 

"El secreto que rodea la actividad sexual con los demás puede volverse tóxico con demasiada facilidad y provocar sentimientos de abandono, inseguridad, rechazo, celos y traición", finaliza.

Finalmente, otra cosa que destaca el estudio es la diversidad que existe dentro de las estructuras de relación y cómo la ausencia de consentimiento mutuo, comodidad y comunicación podría fácilmente representar una forma de traición o trampa.

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