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Cine y series #Devs

Análisis | Devs, un tenso thriller de ciencia ficción

Alex Garland, responsable de "Ex Machina", se muda a la pantalla chica con muchas de sus reflexiones sobre el ser humano y la tecnología.   

Análisis | Devs, un tenso thriller de ciencia ficción

Alex Garland hizo de todo. Arrancó como novelista clave de la generación X gracias a títulos como “La Playa” (The Beach); trabajó en colaboración con Danny Boyle en los guiones de “Exterminio” (28 Days Later..., 2002) y “Sunshine: Alerta Solar” (Sunshine, 2007), y siguió bien enganchado con la ciencia ficción desde los libretos de “Nunca Me Abandones” (Never Let Me Go, 2010) y “Dredd” (2012). Entre novelas y videojuegos, decidió hacer su debut tras las cámaras con “Ex Machina” (2015) y redoblar la apuesta con “Aniquilación” (Annihilation, 2018), pero ahora lleva toda su ambición y su amor por el sci-fi a la pantalla chica de la mano de “Devs”, miniserie de ocho capítulos  distribuida por Hulu.

Todo arranca con Lily (Sonoya Mizuno) y Sergei (Karl Glusman), parejita que trabaja en Amaya, una compañía tecnológica de avanzada localizada en San Francisco y liderada por Forest (Nick Offerman), un CEO bastante desestructurado. Después de dedicarse a  sol y sombra en un proyecto que podría cambiar su estatus dentro de la empresa, Sergei es invitado a participar de Devs, la secreta división de Amaya a la que muy pocos tienen acceso. ¿Qué ocurre entre las paredes de este misterioso laboratorio protegido por una jaula de Faraday? La misión del joven es describirlo y a partir de ahí va a entender su cometido.

El código que Sergi logra vislumbrar sacude todas sus creencias, por lo que decide hacer algo al respecto. Esa noche, el ingeniero no vuelve a su casa, lo que empieza a perturbar a su novia, quien denuncia la desaparición ante las autoridades de la empresa. Incluso intenta pedirle ayuda a su ex, Jamie (Jin Ha), el único capaz de hacker el celular de Sergei para decodificar una extraña aplicación que necesita la contraseña correcta.    

Garland, creador, guionista y director de cada uno de los episodios, no se guarda nada bajo la manga (bueno, en realidad, sí) y nos sumerge en el conflicto desde el minuto cero. La punta del iceberg de este thriller dramático de ciencia ficción queda expuesta ante nuestros ojos, aunque no siempre estamos del todo seguros de lo que estamos mirando. Lo mismo ocurre con Lily, obligada a aceptar una verdad casi irrefutable, pero convencida de que no puede ser posible. El realizador nos da la ventaja de saber un poco más que sus protagonistas, aunque los interrogantes más profundos se irán revelando capítulo tras capítulo, construyendo una trama que se apoya no solo en descubrir la verdad sobre Sergei o lo que ocurre en las instalaciones de Devs, sino sobre temas más profundos y metafísicos, de esos que siempre lo atraen.

Forest, ¿el todopoderoso?

Garland nos presenta un universo tan real como fantástico, no muy diferente a sus dos primeras producciones. La ciencia y la tecnología juegan un papel fundamental a la hora de crear una realidad verosímil para el espectador, acá también iniciado en el principio de determinismo -doctrina filosófica según la cual todo fenómeno está prefijado de una manera necesaria por las circunstancias o condiciones en que se produce y, por consiguiente, ninguno de los actos de nuestra voluntad es libre, sino necesariamente preestablecido-, noción que choca de frente con la percepción de libre albedrío. “Devs” plantea estas cuestiones al mismo tiempo que abre la posibilidad de tener en el centro de la escena una mega computadora cuántica capaz de predecir el futuro para entender el pasado.

El pasado de Forest, por ejemplo, está teñido de dolor por la muerte de su pequeña hija Amaya, la misma cuya escultura monumental engalana el epicentro del predio de la compañía y una gran parte del paisaje de la ciudad. Este hecho incomprensible para él es uno de los alicientes del proyecto, y de las extremas medidas que debe tomar -junto a Kenton (Zach Grenier), su director de seguridad- para salvaguardarlo de los ojos curiosos y el espionaje industrial.

A Lily le toca descubrir la verdad sobre su novio 

Estéticamente, “Devs” es un festín para los ojos -Garland vuelve a utilizar los servicios de su director de fotografía de cabecera, Rob Hardy- y oídos de los amantes del género, el cual mantiene el mismo estilo ‘clínico’ de “Ex Machina”, mezclando hiperrealismo con la visión particular del realizador sobre un futuro no tan lejano que no siempre es tan optimista. El bueno de Alex echa mano de términos científicos y rebuscados, pero no se olvida de la humanidad palpable de sus personajes: cálidos, aturdidos y conflictivos en este escenario de asepsia tecnológica.    

Lo importante de “Devs”, después de estos dos primeros capítulos de bienvenida, sigue siendo el misterio que esconde y atrapa desde el comienzo, los planteos filosóficos (reflexiones sobre la vida y la muerte, los límites de la ciencia y la ética aplicada) y las motivaciones de los protagonistas que se esconden detrás de cada acción, ya sean altruistas, desinteresadas o non sanctas. Un camino que se va develando con cada escena, cada diálogo y, por supuesto, las conjeturas de los que estamos de este lado de la pantalla.     

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