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Cine y series #Oscar

Se cumplen tres años del mayor error en la historia de los premios Oscar

Pasaron tres años desde uno de los bochornos más resonados de los premios de la Academia y acá recordamos como "La La Land" se fue (casi) con las manos vacías. 

Se cumplen tres años del mayor error en la historia de los premios Oscar

Las agujas del reloj indicaban que ya estábamos pasados de las dos de la madrugada. El día, 26 de febrero de 2017, y la 89° entrega de los premios Oscar llegaba a su fin con una de las ceremonias más cansinas y predecibles de los últimos años. “La La Land: Una Historia de Amor” (La La Land, 2016) ya tenía seis estatuillas acumuladas (de sus 14 nominaciones), incluyendo la de Mejor Director para Damien Chazelle y la de Mejor Actriz Principal para Emma Stone, además de varios galardones artísticos como Mejor Banda Sonora y Fotografía.

La dramedia romántica musical tenía amplias chances de llevarse el premio mayor, más si nos guiamos por las estadísticas y los laureles acumulados en ceremonias anteriores como los Globos de Oro, los BAFTA y el premio del PGA (Producers Guild of America), grandes indicadores a la hora de alzar la codiciada estatuilla dorada. Pero en la otra esquina se encontraba “Luz de Luna” (Moonlight, 2016), el drama independiente de Barry Jenkins que también tenía su Golden Globe y había arrasado en los Independent Spirit Awards, además de ser la favorita de la crítica.

La historia de Chiron, jovencito afroamericano y de bajos recursos que emprende ese duro camino en la búsqueda de su identidad y su sexualidad dentro de una sociedad que tiende a darle la espalda, no parecía ser el tipo de relato que conmueve a la mayoría de los miembros de la Academia -tan señorones, blancos y heterosexuales-, siempre más dispuestos a darle su voto a esas narraciones más clásicas como “La La Land”, mucho más cuando se regodean en la celebración de su propia industria. Pero como bien dejó en claro la última entrega, donde la surcoreana “Parasite” (Gisaengchung, 2019) salió triunfante, nada está del todo dicho hasta que se lee el último sobre. Y ahí está el quid de la cuestión que nos compete en esta nota.

Llaga la hora de ese último premio. Los asistentes del Dolby Theatre no ven el momento de sacarse los zapatos, clavarse una bebida con mucho alcohol y abalanzarse sobre el buffet de algunas de las tantas fiestas post ceremonia. Warren Beatty y Faye Dunaway suben al escenario para hacer los honores -y de paso conmemorar los 50 años desde el estreno de “Bonnie y Clyde” (Bonnie and Clyde, 1967)-, entre chistes, miradas cómplices, confusión (ahora sabemos por qué) y un poco de misterio. Finalmente, el muy pillo de Warren decide cederle la tarea a su compañera que sin prestar demasiada atención, se limita a leer el nombre más llamativo de la tarjeta que le pusieron en frente: “La La Land”.

¿Qué hiciste Warren?

El teatro estalla en aplausos y todos los responsables de la película suben para el festejo. Mientras el productor Marc Platt empieza con los discursos y los agradecimientos de rigor, a sus espaldas comienzan los murmullos, las corridas y una sensación de “acá pasa algo raro”. Y así fue, efectivamente. El sobre en cuestión empezó a pasar de mano en mano y cayó en la de los responsables de la ceremonia que, ahora, debían explicarles a los supuestos ganadores que había ocurrido un error garrafal: “Luz de Luna” era la verdadera triunfadora de la noche.

Al desilusionado Justin Horowitz, otro de los productores de “La La Land”, le tocó pararse frente al micrófono y toda una audiencia un tanto perpleja -del otro lado de los televisores, seguramente, ya no queda nadie y muchos se fueron a dormir festejando a un ganador equivocado- para anunciar que la película de Jenkins era la favorita del año. Un triunfo más que merecido, pero un tanto deslucido en medio del escándalo.  

Tomalo vos, dámelo a mí...

No se trató de una broma de mal gusto, ni una ceremonia con plot twist guionada por M. Night Shyamalan. La 89° entrega de los premios Oscar quedará en la historia por culpa del ‘La La Landgate’ y el fallo humano de un empleado (que posiblemente perdió su trabajo de inmediato) que le entregó a Beatty el sobre equivocado. El mismo actor y el anfitrión de la velada, Jimmy Kimmel, trataron de dar una breve explicación para calmar las aguas, y esta confusión que se dio porque existen dos juegos completos de sobres, en dos maletines diferentes, (al parecer) no tan bien custodiados por los escribanos de turno.

Está claro que nadie obró con mala intención -aunque se dice que el empleado que mezcló los sobres andaba distraído jugando con su celular-, pero el papelón ya es uno de los más destacados dentro de la larga historia de los premios de la Academia. Dale, todos escuchamos el susurrante “Dice Emma Stone…” de Warren antes del ‘envelopegate’, confundido porque en su tarjeta de Mejor Película se anunciaba también el nombre de la reciente ganadora. Pero él decidió ser un caballero (¿?), seguir adelante y pasarle la papa caliente a Dunaway, quien nunca se enteró que estaba leyendo el sobre repetido correspondiente al de Mejor Actriz, premio que se entregó inmediatamente antes del cierre de la noche.

El triunfo de "Luz de Luna"

Muchos de esos espectadores que se fueron a dormir más temprano, seguirán asegurando que el musical de Chazelle fue el gran triunfador de la gala. Sí, “La La Land” se alzó con seis estatuillas y unos minutos de éxtasis hasta que se reveló al verdadero ganador, “Luz de Luna”, quien a pesar de sus tres premios -Mejor Guion Adaptado, Actor de Reparto para Mahershala Ali y, por supuesto, Mejor Película- parece la perdedora o, al menos, la villana de la noche que le arrebató la gloria a la favorita. Acá no valen las conspiraciones (se acuerdan del premio a Marisa Tomei), y se celebra la justicia cinematográfica. 

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