La rotura de ligamentos cruzados de su rodilla derecha no le permitió estar en la primera etapa de la Copa Libertadores y recién ingresó en la lista de buena fe de la segunda etapa. Con la 18 en la espalda y un comienzo de temporada que lo tuvo con varias molestias, Benedetto perdió terreno ante sus compañeros.

Con trabajo y dedicación, tuvo algunos minutos en los cruces de Copa Libertadores ante Libertad, en Paraguay, y Cruzeiro, en la Boca, pero no fue hasta el partido con Palmeiras que logró destaparse, marcando su primer gol tras la lesión y siete minutos después haciendo otro inolvidable.

Desde allí, se vio otro Benedetto confiado. Más allá de entrar desde el banco ante el bien nivel de Wanchope Ábila, demostró estar seguro con los pies y en semifinales cerró la cuenta en Brasil, para darle el 2 a 2 final a su equipo.

En el cruce con River por la primera final, se vio obligado a entrar en la primera etapa por la lesión de Cristian Pavón. Desde su ingreso demostró estar firme con la pelota y su nivel acomodó al equipo. Con la pólvora encendida, logró meter un gran cabezazo para poner el 2 a 1 parcial y mostrar que ahora sí, está de vuelta, y encendido para jugar en el Monumental.