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Las señoritas y los médicos: cuando el saber tiene género

A partir de un títular que generó indignación en las redes, este artículo. Filo.news habló con dos médicas sobre las desigualdades incansables dentro y fuera del sistema de salud y el estigma de la supervisión masculina.

Las señoritas y los médicos: cuando el saber tiene género

"Intervención quirúrgica: Apareció un donante y sólo estaban ellas para operar: hicieron historia en Argentina". El titular pertenece a uno de los diarios más leídos del país y corresponde al año y la semana que corre. O sea, no es un titular viejo y no estamos en una clase de periodismo feminista mostrándote todo lo que no se debe hacer a la hora de titular. 

Aunque parezca. No.

Sin embargo, el interior de la nota, está bien enfocada. La noticia, en realidad, no es que estaban solas porque eran enfermeras y realizaron un trasplante, lo novedoso es que fue la primera vez que un transplante lo realiza un equipo de médicas mujeres.

Titular del diario Clarín.
Titular del diario Clarín.

Digo, dos cirujanas, dos anestesistas, técnicas e instrumentistas fueron quienes realizaron la intervención. De casualidad eran todas mujeres y de eso se trató la noticia. El título, en cambio, muestra y cuenta otra historia.

El título nos recuerda que cualquier cosa que se haga tanto en el ámbito profesional como en la vida y que no esté supervisada por un varón, tiene interpretaciones sexistas y la injusta y cliché etiqueta de "la soledad". 

Las feminidades no viajamos solas cuando viajamos con amigas y no operamos solas cuando realizamos cirugías. Y si bien este concepto errado y paternalista de ser aprobada bajo la mirada masculina se repite en muchos ámbitos de nuestra vida, la idea de esta nota es concentrarnos en el mundo de la medicina. 

Por eso, desde Filo.News hablamos con la médica Lucía Fernández Beyró y con la anestesista Martina Torres, sobre lo que pasa cuando sos una persona que se autopercibe mujer en una profesión que, socialmente, se autopercibe varón. 

Las estadísticas importan

A ver, si vamos a los números, si nos concentramos en cuántas de las personas que estudian medicina son mujeres, la sorpresa es grata. Si bien parece ser un oficio muy masculino, 7 de cada 10 estudiantes de medicina son feminidades. 

Y acá hay algo de confusión e hipocresía, porque aunque en esta cultura las tareas del cuidado le corresponden al género femenino, la imagen del médico blanco, cisgénero y heterosexual como el ideal, ejerce aún mucha presión. Tanta, que quienes estudian y transitan a carrera de medica y son mujeres admiten tener problemas por serlo.     

"Ni hablemos de estadísticas, porque las estadísticas de los graduados y graduadas de medicina hace muchísimos años es más del 50 por ciento integrado por mujeres y feminidades. O sea, cuando vas a los hospitales, la mayoría son mujeres. Pero olvídate de entrar a un hospital en donde tengas jefas de servicio, direcciones de hospitales. Las contamos con los dedos de las dos manos, con suerte", sostiene Lucía y agrega: "Solamente en los años de práctica me crucé con jefas de servicio, así en abundancia, en el Garrahan, cuando hice pediatría y en el Gutiérrez, ahí sí. Las que dirigen todo son mujeres. Obviamente". 

"El único lugar que es nuestro al cien es el lugar del cuidado, darle de comer al paciente, cambiarlo, cuidado más materal, el resto, no importa cuán buena seas, partimos de otra base y tenemos que demostrar que sabemos todo lo que sabemos siempre, sin excepción", indica Martina Torres.  

Es que sí. No sorprende el dato, los dos hospitales que se perfeccionan en el cuidado de la primera infancia, están dirigidos por mujeres que son quienes, socialmente, se supone que entienden más del tema. 

Pero, ¿pasa lo mismo cuando hablamos de ginecología? ¿O de obstetrícia? Bueno, ahí ya no sucede igual. Para las cuestiones que están relacionadas con nuestro proprio cuerpo, el varón continúa siendo el rey. "Para que te des una idea, yo no voy a ningún medico que sea hombre. Me molesta mucho que hay especialidades como la ginecologia y obtetricia que no, que tiene que ser el obstetra, ¿por qué piensan que un obstetra es mejor que una obstetra?", se pregunta de forma capciosa Beyró. 

Contar que las trompas uterinas o mal llamadas "trompas de falopio" tiene ese nombre porque fueron "descubiertas" por Gabriele Falloppio en 1561 parece un dato tirado de los pelos pero no. Lo cierto es que tanto Gabriel como James Douglas que "descubrió" el útero o Caspar Bartolini, los labios vaginales, terminaron inmortalizados en la pelvis femenina a través de sus nombres.  

Y eso, hoy, se refleja también en las vistas médicas. Como conquistadores y estudiadores del misterioso cuerpo femenino, los varones continúan en el puesto uno a la hora de elegir con quién preferimos atendernos.  

"Tanto en el mundo clinico como en el quirúrgico, siempre prefieren atenderse con un varón, por más que la jefa de servicio sea una mujer, por más que la recomendación venga de una mujer, por más de que sea ginecología. O sea no importa cuánto saber tenga una mina, con toda mi experiencia siempre vi que prefieren atenderse con varones", cuenta la anestesista. 

"Sigue siendo tan machista la profesión, por más de que somos más mujeres, porque la cuestión del saber y del saber como lugar de poder sigue estando arraigada, como en todos los ámbitos, a los varones. Y si bien las tareas de cuidado de siempre fueron asignadas a las mujeres, acá se juega como una cosita de que el saber como poder no nos pertenece ni nos va a pertenecer", agrega Torres. 

El nombrarse

"A mi la gente no me dice doctora, me dice 'señorita'. Y estoy segurísima de que a los médicos no les dicen nunca jamás así", expresa Beyró. "Una vez le pregunté a un paciente por qué me decía señorita y no doctora y no supo responderme. Y no es que la palabra doctora me dignifique algo importante, no me importa el cargo, lo que me molesta es que porque soy mujer sea distinto", agrega. 

La importancia de cómo decimos lo que decimos cobra valor particular en este artículo porque es enorme. Que la sociedad aún continúe repitiendo estereotipos sexistas que ubican a la mujer del lado de la empatía incondicional o de lo sentimental afecta directamente a la vida profesional. 

"El lenguaje es lo más simbólico. Son los doctores y las chicas. Ahora, si hay un varón, es el doctor pero si hay mujeres, somos 'las chicas'. Me jode esa diferencia porque habla mucho de la realidad que vivimos. Está súper arraigado. Los doctores y las chicas", suma Martina.

Y así como casi todo nuestro cuerpo está colonizado por el género masculino, también esta profesión que, si bien ya vimos desborda en cantidad de mujeres, no consigue si quiera ser suficiente para los medios de comunicación. 

El título incomodó y las críticas hacia el artículo giraron en las redes y en muchos chats grupales de médicas y enfermeras. Otra vez el sistema, en este caso un medio de comunicación, minimizaba y desligitimaba su profesión

Que a las médicas les digan 'señorita' en vez de doctora, bastante tiene que ver con eso porque, como se puede notar, el problema respecto a la desigualdad en esta profesión no sólo viene de adentro  (techo de cristal) sino también de afuera. 

"Pasa algo muy concreto en el quirófano y es que estás vos ahí parada al lado del paciente y ven que hay otro médico a siete metros y como es varón, la pregunta se la hacen a él y no importa si sabe o no tiene idea. Después él viene y te pregunta a vos, le respondés y ahí mismo esperan que él les responda la inquietud. Así de descarado y crudo es. El poder del saber lo tiene el varón en la medicina", sostiene Martina.

"Está absolutamente instalado en la cabeza de todes les cuerpos gestantes que el médico es 'mejor'. Y entre mis amigas, no cambian a su ginecólogo varón por nada. Y esa es una especialidad queno solo tiene una residencia muy difícil y maltratadora hacia las mujeres sino que después, salen al mundo laboral y a quienes prefieren las propias mujeres son ginecólogos hombres y obstetras hombres", refuerza Beyró.

 Desarmar lo mal aprendido

 

"Las mujeres partimos de otra base. Los varones parten de la base de que ellos pueden y que están ahí porque quieren, nosotras en cambio, tenemos primero que demostrar que podemos y recién ahí vemos hasta donde", sostiene Martina. 

Si hablamos de machismo dentro del mundo de la medicina podemos hacer un artículo aparte porque, por ejemplo y aunque las mujeres seamos más del 50% de la población, históricamente la investigación biomédica se centró en el hombre, que era considerado el modelo “perfecto” e “ideal” para los estudios científicos.

Las medidas de todo fueron hechas y pensadas por y para los varones, incluso las de nuestra salud. ¿Pero cómo podemos hacer para romper con ese paradigma? ¿De qué forma, dentro y fuera de la medicina, podemos modificar las cosas?  Existen círculos y organizaciones desde donde se fomenta una medicina libre de violencia de género y son esos espacios claves a la hora de pensar en un futuro más igualitario. Red Sexual por el Derecho a Decidir, Casa FUSA, Casa Matrioshka, son algunas de ellas. 

Podríamos también hablar de la violencia obstétrica o la falta de perspectiva de género a la hora de atender pacientes. Las dificultades que tienen las médicas para acceder a puestos de poder o la revictimización si hablamos de abusos o la exigencia de que se cumpla la ley de Interrupción Legal y Voluntaria del Embarazo, pero ahora nos centramos en los medios de comunicación y la construcción social que existe al rededor de esta profesión. 

Porque si buscamos responsables, el periodismo es parte. La cultura y el sistema fueron diagramados en un mundo que ya no existe. El hogar, el cuidado y las responsabilidades de la crianza continúan bajo nuestra responsabilidad porque hay resistencia, pero la importancia de la perspectiva de género en todo lo que hacemos y somos, es pilar fundamental de tratados internaciones, de políticas públicas y de los gobiernos de muchos países. 

Es clave entender de dónde venímos y que muchísimas ideas que creemos propias, son parte de la construcción de un sistema que queda obsoleto ante la avanzada feminista. La imagen del médico como ideal no puede sostenerse más y esa modificación depende pura y exclusivamente de vos. 

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