En la oficina local del Registro Provincial de las personas de Azul, una niña trans de 5 años pudo efectuar la anulación de su partida de nacimiento para reemplazarla por una nueva con su género autopercebido. Esos datos que figuraban allí no representaban a Flor, y según afirmaron sus padres “se tornaba complejo asistir a instituciones públicas teniendo que explicar delante de su hija lo que sucedía”.

Allí, despidieron a un varón y le dieron la bienvenida a Flor. Sus padres decidieron contar su historia: “Si abre una sola cabeza, un solo corazón habrá valido la pena”.

Flor estuvo a cargo de elegir su nueva ropa y su nombre, que coincidieron con sus sentimientos y su autopercepción.

Según contaron sus padres a LU10 Radio Azul, el viaje de Flor comenzó cuando tenía un año y medio y su partida decía que era un varón. Su mamá comenzó a notar cómo su hijo utilizaba remeras a modo de vestido y le pedía repasadores para simular tener el cabello largo. También, dejaba bien en claro que ella era una nena.

Sus padres sintieron curiosidad y en una primera consulta profesional con el pediatra, éste opinó que tal vez Flor imitaba a una figura femenina que admirara. Un primera consulta con una psicóloga les dio una respuesta que hoy en día sigue siendo muy común en la sociedad argentina: les recomendó reprimir los sentimientos de su hija y ocultarle la ropa, zapatos y maquillaje de su madre.