Hace más de 30 grados pero en Dale Play Records se respira buena (y fresca) vibra. En las oficinas del sello que agrupa a Bizarrap, Duki y Nicki Nicole, entre otros artistas de primerísima línea de la música urbana, Luana y su peluche esperan a Filo.News.

Nacida y criada en Capital Federal, a sus 19 años acaba de firmar con la discográfica liderada por Federico Lauría, player clave que puso a la escena urbana argentina donde hoy está. Con "No sale de mí" y "Ribeteadita" como sus primeros singles, trae una propuesta que no se encasilla en un sonido particular, sino está abierto a la curiosidad artística.

Se dio a conocer en las redes sociales con sus covers con el piano y la guitarra allá por 2019, pero en vez de versionar temas de Bruno Mars o Adele, ella lo hacía con Agrupación Marilyn o La Champions Liga.

"Lo que hizo que la gente me viera y escuchara mis covers fue que yo agarraba temas de cumbia vieja y los hacía a mi manera, más melódico y eso re gustaba. No te lo esperabas", cuenta.

Su cover de "Su Florcita" de Agrupación Marilyn, aquel trágico tema que se convirtió en un clásico de los 2000, fue el que la destacó en un mar de canciones en inglés. "El video era para un casting de Nickelodeon, full internacional. Había millones de chicos participando y todos cantaban Bruno Mars, Adele, Withney Houston, yo dije 'Na, ni ahí hago eso'. Me acuerdo que el premio era que ibas a cantar en no sé qué país. Pensaba 'Me muero si me voy pleno Miami a cantar Su Florcita, súper argento'".

A partir de ahí empezó a crecer a nivel exponencial la cantidad de seguidores de Luana: "Me acuerdo que hice un enganchado de la Champions Liga. En ese momento Instagram te dejaba subir videos de 15 segundos nada más, y sonaba como adelantar el audio de WhatsApp x4 -dice riéndose- Nadie lo había hecho".

"Eso gustó, empezó a seguirme la gente, a comentarme, a darme confianza. Me mandaban mensajes y me decían 'Me animé a grabarme por vos'. Todos los días empezaba a subir videos y así me empecé a hacer más conocida", recuerda.

De a poco, empezó a telonear a algunos artistas para ganar experiencia en el escenario. Mientras tanto, su mamá Romina, le avisaba de cuanto casting encontraba. "El sueño de mi mamá de chiquita era cantar y bailar. Vio que a su hija le gustaba eso y dijo 'Yo la voy a ayudar y le voy a dar todo porque a mi nadie me acompañó y lo voy a hacer por ella'".

Su papá Alejandro también la bancó desde el minuto uno. Loco de los CDs, le regaló su primera guitarra a los 11 años y es responsable de que hoy en día a Luana le gusten Los Charros, Amar Azul y Mario Luis. "Me gustaría tener un home studio para mí pero también porque a mi viejo le gusta mucho y sería una locura ver qué pasa en un estudio con él".

De su hermano heredó el gusto por el reggaetón, género del cual admira a Daddy Yankee, Nicky Jam, Farruko, Cosculluela y Kendo Kaponi. De toda esa mezcla (sumémosle Adele, Amy Winehouse, Justin Bieber y One Direction) surge la potencia musical que es hoy Luana.

Eso es lo que vio Dale Play cuando la contactó sin haber sacado un tema propio, apostando desde cero por ella: "Me vieron por las redes sociales y me dijeron '¿Qué tenés para dar? ¿Qué querés mostrarle al mundo, qué querés hacer?'".

"Son increíbles, me apoyan en todo lo que quiero hacer. Me dejan ser libre, confían mucho en mí. Que alguien confíe en vos en un ambiente así es un montón. Avancé un montón musicalmente gracias a que hay estudio y tengo dónde venir cada vez que se me ocurre una idea". 

En ese 'qué quiere hacer' puede entrar un trap sad, una bachata, un rock, incluso un gospel, y alguien que está muy dispuesto a jugar sonoramente es Estani, cantante y productor muy cercano a Rusherking y Big One.

Si queremos podemos pensar la dupla Luana-Estani como los nuevos María Becerra-Big One, ya que lanzaron dos temones y según pudo saber esta periodista, se vienen otros dos más: "Lo conocí por medio de amigos. Siempre ranchábamos con FMK, Rusher y María, y él estaba siempre en la computadora haciendo su música. Salíamos de joda pero nunca nos encontrábamos en el estudio, hasta que un día dijimos 'Vamos al estudio a ver que onda'".

"Estábamos sentados, escuchando un beat tipo 'Che, hice esto', full tímidos. De la nada pasó una hora y habíamos hecho un temón que todavía no salió, un trapcito medio sad. Nos miramos y fue como 'Hay algo, hay conexión'. La pasamos bien haciéndolo. Dijimos 'Mañana nos juntamos de vuelta'. Vamos aprendiendo juntos de un mónton de cosas".

Mientras espera cumplir "uno de sus mayores sueños", tocar en vivo sus propias canciones, reflexiona sobre qué lugar le gustaría que ocupe su música en la vida de otras personas: "A mi la música me salvó y me gustaría que alguien diga lo mismo de mi música, que alguien se sienta identificado. Yo sentía que lo que me pasaba a mi no le pasaba a nadie. Sentir que hay alguien más que se siente igual que vos es sentir que no estás solo, que podés con eso. Si él pudo, yo puedo. Me gustaría lograr eso en alguien, así sea una sola persona, yo ya estaría hecha".