Ir al contenido
Logo
Ciencia

¿Qué descubrió la ciencia sobre la gratitud?

Incorporar la gratitud a nuestro día a día trae beneficios para la salud mental y física, la relación con los demás y la calidad de vida en general. Acá te contamos por qué.

¿Qué descubrió la ciencia sobre la gratitud?

La gratitud es una emoción que experimentamos cuando somos conscientes de haber recibido algo valioso. Como tal, nos lleva a reconocer y apreciar a los demás y a las cosas buenas que tenemos en nuestras vidas. Y aunque siempre estuvo más circunscrito principalmente a la filosofía, de a poco empezó a considerarse como objeto de estudio tanto desde amplio espectro de la psicología positiva —un campo de la psicología que se centra en el estudio de las emociones, los pensamientos y los comportamientos positivos— como desde una perspectiva neurocientífica. En este sentido, son cada vez más las investigaciones que nos hablan de sus beneficios para la salud mental y física, la relación con los demás y la calidad de vida en general. Acá te contamos de algunos de ellos.

La gratitud, "no sólo la más grande de las virtudes sino la madre de todas las demás" —diría Cicerón—, es entendida en la filosofía como una virtud o una cualidad moral que implica reconocer y apreciar los dones y las bendiciones que recibimos. Algunos filósofos argumentan que es esencial para vivir una vida plena y feliz, ya que nos ayuda a reconocer y apreciar lo que tenemos y nos conecta con los demás; y otros sostienen que nos ayuda a vivir de manera más justa y equitativa, ya que nos obliga a reconocer que dependemos de los demás y que tenemos la responsabilidad de ser agradecidos por sus acciones y por sus dones.

Para la Biblia, se trata de una actitud de reconocimiento y agradecimiento hacia Dios y hacia los demás por las bendiciones y las cosas buenas que recibimos. "Den gracias a Dios en cualquier situación, porque esto es lo que Dios quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús", manifiesta 1 Tesalonicenses 5:18. Mientras que para los evolucionistas, el ser agradecido es una habilidad primordial, una ventaja evolutiva que nos ayudó a sobrevivir como especie, a crear vínculos sociales.

Finalmente, para la psicología, la gratitud es ese estado afectivo positivo resultante de haber percibido que uno ha sido beneficiado gracias a algo o alguien de forma desinteresada, solidaria y gratuita; se asocia —pero no es equivalente— a constructos más estudiados como el optimismo, la esperanza, la vitalidad, la empatía, la satisfacción con la vida y la felicidad. 

Y depende del enfoque que tomemos, los beneficios que encontramos. Por ejemplo, muchos estudios encuentran que las personas que practican la gratitud reportan beneficios consistentes que van desde la resistencia emocional y la mejora de la salud física, hasta tener una repercusión positiva en el desarrollo profesional y el trato con los demás.

El Centro de Investigación de Conciencia de la Atención Integral de la UCLA explica que cambia literalmente la estructura molecular del cerebro, mantiene la materia gris funcionando y consigue que nos encontremos más saludables y felices. Mientras que otros estudios encontraron que dar gracias y contar bendiciones puede ayudar a las personas a dormir mejor, reducir el estrés, aumentar la motivación académica, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y reducir los síntomas de depresión en algunas personas. A principios del 2018, además, un estudio encontró que mantener un diario de gratitud disminuyó el materialismo y fortaleció la generosidad entre los adolescentes.

En el plano de lo afectivo, un estudio publicado en Personal Relationships probó que se trata de un aspecto fundamental de las relaciones de pareja. Expresar la gratitud, explican, es el predictor más importante de la estabilidad y el bienestar, que amortigua otros aspectos no tan positivos de la relación y otorga mayor solidez al vínculo. Las parejas en las que son frecuentes los gestos de agradecimiento son menos propensas a separarse. 

Último pero no menos importante, la neurociencia también hizo sus aportes al explicar qué pasa en el cerebro cuando sentimos gratitud. En diálogo con BBC Mundo, Manuel Vázquez-Marrufo, catedrático del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Sevilla, señala que, por una parte, los estudios que con neuroimágenes abordan la gratitud desde el punto de vista del sistema de recompensa del cerebro, el cual nos ayuda a identificar lo que nos gusta, a motivarnos y a reconocer aspectos positivos de nuestro entorno; y desde la mentalización, los procesos mentales de cómo percibimos nuestra vida.

"Esos son los elementos fundamentales para nutrir a una estructura que va a decidir si un estímulo nos hace estar en un estado de gratitud", sostiene. Se trata de la corteza cingulada anterior en su región perigenual. "La conectividad de esa zona con las estructuras vinculadas al refuerzo y a la mentalización es la que hace que experimentemos la sensación de gratitud. Parece que esa es la región del cerebro donde se produce esa sensación", concluye.

"La recompensa le produce un refuerzo positivo y luego, a través de la evocación de la memoria, hace que le motive a tomar unas decisiones determinadas que influyen en su conducta", agrega la psiquiatra Dori Espeso, profesora de la Universidad de Barcelona.

Sin embargo, a pesar de la abundante investigación sobre los beneficios de expresar gratitud, también hay evidencia de que no es para todos. Si no es tu caso, ¿cómo se practica la gratitud? El psicólogo Mario Arrimada, graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca, dice que cuando está dirigida hacia las personas, se articula principalmente hacia la asertividad y la comunicación honesta: "Esto suele pasar por dejar a un lado las diferencias personales, las formalidades u otros aspectos que suelen interferir en la comunicación directa, y salir de la zona de confort expresando nuestros sentimientos acerca de una acción que nos ha gustado. Hay que abrirse y mostrar parte de nuestras vulnerabilidades, gustos, sensibilidades, etc.".

Y agrega que también podemos aprender a aplicarla hacia aspectos de la vida más abstractos y que nos hacen sentir bien, "mostrando una atención plena al momento presente, centrándonos en cada detalle percibido por los cinco sentidos e intentando disfrutar de ese momento, dejando a un lado la melancolía por momentos del pasado que nos causen tristeza y también los momentos del futuro que nos causen sentimientos de intranquilidad y nerviosismo frente a la incertidumbre.

    Ultimas Noticias