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"Elda y los monstruos", peregrinaje a una «virgen glamorosa»: "La primera vez que me vi maquillada me di cuenta que era una diosa"

Qué serían las santas sin sus plegarias. En su película, un abanico de géneros que se nutren del documental, el musical, la road movie, y homenajean a “Cuenta conmigo” con una impronta autóctona y personal, Nicolás Herzog nos presenta a Elda, una artista que se abre paso, mientras en ella habita Diego. ¿De dónde vienen y a dónde van? ¿Qué intenciones llevan? preguntas que recorren esta charla mística con Filo.news.

"Elda y los monstruos", peregrinaje a una «virgen glamorosa»: "La primera vez que me vi maquillada me di cuenta que era una diosa"
"Elda y los monstruos", peregrinaje de una «virgen glamorosa» | Foto: Mostra Cine; PH: Mauricio Amiel

* Nota escrita por Antonella Morello y Micaela Robles.

A las 3 de la mañana en un taxi, Nicolás Herzog recibe un video. Estaba buscando actor para un personaje para su película “La Sombra del Gallo” (2020), en Concordia, provincia de Buenos Aires, locación donde llevaba a cabo su casting.

— ¿Conocés a Diego Detona? — le había preguntado Natalia Curcho, la responsable, la que le mandó el video de una tal Wanda, que dio en el clavo: — Lo quiero conocer —, le respondió el director. Corrían fines del 2017, principios del 2018. Crepúsculo de una figura que emerge transitando su propio ciclo y que luego cantará “Soy la emperatriz de tu amanecer”, ya montada en su propio altar.

“A la semana hicimos un casting, lo invité y vino”, cuenta el director a Filo.news. Nos adentramos a un retrato que como dirá luego, es “el espejo, del espejo, del espejo”, de la historia de Elda: “Y apareció una mujer de 1.90m con chatitas…”. 

— Caí con una computadora, ¿te acordás? — lo interrumpe ella.

Elda se apareció con la notebook, una guitarra, y sin mediar palabra puso un tema y empezó a cantar. “Hubo algo ahí que a todos nos dejó deslumbrados: ese porte, esa impronta, pero nos cautivó por la voz”, recuerda: “Mucha sensualidad, era muy magnética. Pero al final yo le dije bueno, me gustaría conocer a Diego también, ¿lo podés llamar?”

— Wanda no quería — acota pícara Elda.

“Se puso un poco celosa, pero me dijo ‘bueno, dale le voy a decir a ese boludo a ver si quiere venir’”, retoma Herzog. “Cinco horas después cae Diego sin maquillaje. Esa es la imagen que abre la película”, sintetiza.

Diego Detona / Elda presentando su película "Elda y los monstruos" | Foto: Gentileza Festival de Cine de Mar del Plata.

Efectivamente Diego Detona participa en “La Sombra del gallo” pero su audición es la apertura de “Elda y los monstruos”, su propia película. Una suerte de biopic, que se nutre del documental para reunir en sí misma una multiplicidad de géneros que conviven, como Wanda en Diego, como Diego en Elda, como Elda en su cuerpo. Es un film de recorrido o de camino (road movie, como se conoce al formato de cine en inglés), un musical (ya que cuenta con un listado de canciones que componen la banda sonora, que fue grabada por ella), un homenaje a “Cuenta conmigo” (“Stand by me”, el film de 1986 basado en la novela de Stephen King) y a sus escenas entre amigos viviendo cuanto más ese verano y caminando entre las vías del tren en la búsqueda de un misterio; con una impronta autóctona (que capta las calles de la ciudad, y a su vez paisajes naturales) y personal. 

“Y fue muy lindo cómo llegamos a eso” —complementa Elda— “Porque en un principio, vos me habías convocado solo por una escena que era como un momento onírico de bar donde tenía que hacer una presentación escénica y mi personaje quedaba ahí. Pero yo, ni lerda ni perezosa, veo que en el guión había otro personaje y le digo: ‘pero pará ¿ya tenés actor para este otro personaje?’”.

“Tenía”, confirma hoy Nicolás. “El destino me bendijo” —retoma Elda, victoriosa— “Teníamos muchas ganas de seguir filmando. Ya Elda se estaba imponiendo en ese momento, apareciendo. Además en ese momento estaba enojada, violenta, con el corazón roto, enojada con el mundo, con todo”. Buen punto de partida.

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“Me entusiasmé en conocer un poco más sobre ese ser. Había algo de la vida, del amor y de los vínculos atravesados por la música, que fue la semilla de la película. Así que emprendimos un largo año, de conocernos y empezar a soltar algunos secretos. Entonces dije ‘vamos a empezar a hacer un retrato’. Lo que no quería, y en eso coincidimos desde el principio, era hacer una película donde victimicemos”, remonta el director.

Nicolás Herzog, director | Foto:  Gentileza Festival de Cine de Mar del Plata.

“Claro. Queríamos trabajar la temática de la diversidad, pero celebrándola y entendiendo que si bien obviamente hay un montón de realidades súper difíciles dentro de la comunidad LGBTIQ+, también existen un montón de realidades maravillosas que es un poco la mía. Yo tengo una familia que me ama, que me apoya al 100%, tengo una ciudad que me acoge y me recibe todo el tiempo y me siento muy amado en mi comunidad”, expresa Diego.

Para completar esa comunidad dentro de la película y que “Elda y Diego crezcan con un fuego alrededor”, Nicolás jugó un pequeño casting, que no fue formal de audición, sino más bien de observación alrededor del mundo de Elda, y de su mundo, porque ya lo empezaban a compartir. Allí se unieron Calypso Summer, Anul Oribe, Fran Dacunda y justamente Natalia Curcho, como cerrando el círculo que había iniciado.

Nicolás Herzog junto a Elda y el elenco protagonista de "Elda y los monstruos" | Foto: Gentileza Festival de Mar del Plata.

“Elda y los monstruos” se estrenó en el 38° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, donde participó de la Competencia Argentina, ciudad que por primera vez visitó su protagonista. Este relato audiovisual nos presenta a Elda, quien se abre paso como artista de glam rock, mientras convive con Diego, su identidad de género biológica, que sobrevive dando clases de canto. ¿De dónde vienen y a dónde van? ¿Qué intenciones llevan? ¿Es posible un equilibrio entre ambos dentro de un futuro inestable? En busca de esas respuestas, entre charlas con sus amistades y cartas de tarot de por medio, propone la visita al santuario de La Muda, una suerte de divinidad popular de una mujer trans que fue asesinada brutalmente. El viaje irá adquiriendo el espíritu de su propia construcción: el bautismo de una «virgen glamorosa».

Elda  en "Elda y los monstruos" | Foto: Mostra Cine. 

 
Sin embargo, qué es una santa sin sus plegarias, sus tragedias, y sus misioneros o mártires. Históricamente perseguidos, como los monstruos. Entonces, ¿quiénes son esos monstruos del título?

¿Bien podrían ser sus amigues? en una acepción simpática por distinguirse de la heteronorma que prima en una Argentina de resabios patriarcales, ¿son sus miedos? en el conflicto de si encaro o no encaro cuando alguien la mira, ¿o lo que acecha, “fuera de campo” (en términos cinéfilos de lo que no se ve delante de la cámara, pero también metafóricos, porque la naturaleza predomina en gran parte del relato)? ¿o serán  tal vez los transfemicidas de La Muda? Quizá simplemente “el amor es un monstruo”, dicen en la obra “Pura Sangre”, Griselda Siciliani y Jorgelina Aruzzi.

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Porque para Elda y Nicolás es “una película sobre el amor en todas sus formas”: romántico, el hacia uno mismo, hacia los amigos que es el que más perdura, hacia la tierra a donde pertenecemos.

Nicolás Herzog junto a su elenco de "Elda y los monstruos" | Foto: Gentileza de prensa Festival de Cine de Mar del Plata.

* Hay una belleza que le da particularidad en la mixtura de géneros: ¿cómo la fueron construyendo?

Nicolás: Fue un proceso de un año. Llegar al punto de equilibrio de una Elda que me resultara atractiva, llevó 3 montajes y que reescribiéramos el guión. A mí me gusta trabajar así, porque son tres miradas que se van retroalimentando. En un momento me propuso una peli que yo tenía en el radar pero no la había visto, “Hedwig and the Angry Inch” (un clásico) con Cameron Mitchell, que terminó siendo la gran referencia de toda la parte musical, de construcción del personaje y de la puesta en escena de la película que habla justamente de lo mismo: la libertad del amor, y lo que gira en torno. el litoral, es muy amable en su geografía. Concordia es una ciudad muy linda, que hoy está también inundada y es como el amor, que en algún punto desborda

Elda: Una de las cosas que recién cuando la vi en pantalla grande dije wow, es el tono natural. Calypso, uno de los nuestros co-equipers, al final de una función dijo algo así como que sí la película tiene mucha música muy linda, pero también hubo una música que es la de los pájaros, la del viento, la del río. Y la verdad es que para nosotros fue un placer enorme filmar en todos esos entornos naturales y poder mostrar toda la belleza que tiene nuestro territorio.

* Elda, nos decías “el destino me bendijo” una contradicción casi semántica, que recuerda a la escena de la película que tenés dentro de la capilla, donde comparan la existencia de Dios con lo no binarie. También nombraste a Wanda, a Diego… ¿Cómo se llevan Elda y Diego? ¿y en qué parte dentro de la ficción te encontraste a vos?


Elda: Empecé a sentir mucho bienestar cuando comprendí que mi naturaleza es no binaria, fluida. Cuando logro soltar esta necesidad de etiqueta, de pensar ‘quién soy’, y ‘uy, mañana cómo me presento’, Elda y Diego comienzan a convivir de manera muy armónica.  Por supuesto que a Elda le gusta mucho más la cámara. Y Diego es mucho más introspectivo, es ese niño que desea ser mimado y es la persona que por ahí necesita tiempo de calidad en soledad. Filosóficamente, pienso que muchas veces nos ponemos en cajitas pero cuando entendés que somos lo que queramos ser cada día, vivís un poco más suelto, más libre.

Nicolás: Es una película que le va escapando a la etiqueta. Un formato muy híbrido entre los límites del documental y la ficción pero que no se plantea, sino que te va llevando a eso.

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* Como en la escena que juegan al quién soy con los papelitos en la cabeza, y simbólicamente ningune adivina: esa etiqueta desaparece.

Nicolás: Exacto. Esa escena dispara esa idea. Con Diego, me pasaba que me costó mucho llegar a él, encontrarlo. De la misma manera que Wanda llegó ese día y le pedí que venga Diego. Si no aparecía Diego no iba a haber película. Porque yo sabía que Elda se iba a comer la película pero Elda es quién es porque está Diego detrás. Ahí encuentro el material del casting. Era una necesidad muy grande que Diego abra la película.

"Elda y los monstruos" | Foto: Mostra Cine; PH: Alan Anderson

* ¿Le daba miedo a Diego?
 

Elda: Yo creo que Diego es introvertido. No le gusta mucho la cámara, sí pensar, escribir, la creación del arte en soledad. Esto engloba una cuestión muy frívola, pero que en realidad tiene un lado muy profundo y espiritual: La primera vez que me vi maquillada, de chica, me di cuenta que era una diosa. Entonces cuando te das cuenta de que sos una diosa, cuando te ves con tacos, con una postura decente, no querés bajar a la humanidad. Cuando vi lo imponente que podía llegar a ser, dejando salir toda mi energía femenina, pero en torrentes y caudales enormes, dije ‘Claro, Diego, es necesario’. 

De hecho, durante muchísimo tiempo pensé en matar a Diego, deshacerme de él, empezar tal vez una transición con tratamiento hormonal o inclusive he pensado en tratamientos médicos como para poder acomodarme a la heteronorma de lo que sería ser una chica, una chica trans pero entendí que no: yo soy Diego y yo soy Elda también.

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* El camino de buscar a La Muda ¿hasta dónde es una metáfora de lo que también te pasó: el viaje de buscar respuestas para llegar a ese bautismo donde Elda resurge en su propia divinidad? 

Nicolás: Ese es el gesto político de la película. La Muda, más allá de ser una mujer trans asesinada, que dialoga con todo el contexto violencia de género de la película anterior, el hecho de que no pueda hablar señala el simbolismo del silencio. En tiempos de muchas etiquetas, me parece que se nos está demandando escuchar un poco más, romper la imposición de un único relato. Y por otro lado, con respecto a la estética, hay una amiga que siempre me dice que la película tiene algo de “marxismo pop”.

* La película también se cuenta en sus canciones, hechas especialmente para este proyecto, ¿cómo fue el trabajo de composición?

Nicolás: Cuando nos conocimos ella tenía una banda que se llamaba Elda y los detonantes, y tenían tres o cuatro canciones medio boceto pero que estaban buenas.

Elda: Pandemia mediante, conozco a Juan Cruz Federik y a Lautaro Osorio, dos alumnos, que se integraron super bien al resto de la banda (Tigre, Santiago Butto, Alan Anderson) trayendo propuestas musicales que siendo veinteañeros nos volaron la cabeza a nosotros treintañeros. Eso, junto a la colaboración de Matías Sorokin (Guasones) ayudó mucho a sofisticar muchísimo la música  Llegaron a componer 10 o 12 temas para la película. Casi todas las letras hablan de esta historia de amor. Lograron decir perfecto algo que siempre quise decir y no sabía cómo.

* Con este resultado, ¿cómo te sentís hoy viendo la película?

Elda: Feliz. Extasiada de felicidad, me explota el corazón sólo tengo palabras de agradecimiento para la productora, para todo el equipo técnico, para el elenco, para los chicos que gracias a ellos tenemos la música, para ustedes por la entrevista, para el festival de Mar del Plata. Nosotros en el período de rodaje hicimos lazos muy fuertes, porque antes de grabar éramos casi amigos. Pero el otro día en la playa nos miraba y decía: esto es perfecto, el mar, nosotros, dimos todo.

"Elda y los monstruos"

* En la película decís: “Si Dios existe es esto”

Elda: Sí, sí.

Nicolás: ¿Te sentís privilegiada?

Elda: Por supuesto que sí. Tocada por una varita mágica.

“Elda y los monstruos”, el debut en protagónico y musical en film de Diego Detona, desde la mirada atenta y cariñosa del director Nicolás Herzog. La vuelta al trabajo juntos, en lazos que visualizan eternos.