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System of a Down: una noche con las venenosas víboras armenias

Estuvimos presentes en Vélez para el show de una de las bandas emblemáticas de toda una generación. En un estadio con localidades agotadas en cuestión de minutos, los referentes del metal alternativo tuvieron una noche consagratoria a 10 años de su última visita.

System of a Down: una noche con las venenosas víboras armenias

System of a Down dio un show impecable el pasado 3 de mayo en Vélez Sarsfield. Lo que parecía una apuesta para la banda (su primer tour de estadios en Latinoamérica) terminó por ser una jugada maestra: las localidades se agotaron en cuestión de minutos.

Los músicos son los embajadores culturales más importantes de Armenia en el mundo, y además el emblema de una generación que creció con su sonido disruptivo, rayes e icónicos videos. Y que incluso los tomó como inspiración estética que terminó derramando en cúmulos sociales urbanos. Toda esa nostalgia amplificada por reclamos políticos que hoy en día siguen vigentes, sirvió como combustible para lo incuestionablemente fue uno de los mejores shows de 2025.

Dos horas puntuales de show fueron suficientes para la carga teórica que tienen cada uno de esos minutos. Letras plagadas de violencia, guitarras y bajos que caen como bombas y un John Dolmayan que cada día toca mejor. La potencia del baterista es la artillería pesada de todo el frente de ataque, y renueva esta legitimación tema tras tema. ¡Una bestia!

Daron Malakian y Serj Tankian protagonizaron un hermoso momento cantando los dos solos en el escenario, y ante el conmovedor aplauso del público el guitarrista sostuvo: "La gente piensa que nosotros dos no nos caemos bien el uno con el otro, pero la verdad es que nos amamos".

Shavo Odadjian vistió un poncho celeste y blanco para los últimos números. Serj Tankian, lo describió con suma literalidad para la exacerbación del público: "¡Shavo with a ponchou!". La comunión entre la banda y el público fue total.

Filo.News tuvo acceso al pit (espacio entre el escenario y el vallado) para presenciar desde bien cerca a las autodenominadas "venenosas víboras armenias". Este bautismo fue proclamado por Malakian, quien parece -al menos sobre el escenario- tener una postura más radicalizada que Tankian a la hora de formalizar mensajes políticos: "El lobo turco no es más que un perro callejero glorificado. Nosotros somos las víboras venenosas de Armenia... y vamos a atacar".

Fue allí inmediatamente que comenzó "Attack" y una patada al pecho en donde precisamente se destaca la potencia de Dolmayan como gran artífice del shock inicial. En un primer raid de temas también entraron "Suite-Pee", "Prison Song" (con grandes juegos de oscuridad en los cortes del principio) y "Violent Pornography". Hasta acá el show ya era una completa aplanadora capaz de llevarse todo por delante. Serj mantiene un nivel increíble y demostró por qué es una de las voces más potentes y reconocidas de la diáspora armenia y del Gran Oriente Medio en la escena del rock global.

El setlist tuvo todo lo que tiene que traer si no baja al Cono Sur hace 10 años: "Aerials", "Needles", "Soldier Side", "B.Y.O.B.", "Radio/Video", "Hypnotize", "ATWA", "Bounce", "Chop Suey!", "Lonely Day", "Lost in Hollywood" y "Cigaro" entre otros. Argentina esperaba cantar himnos y himnos fue lo que Armenia trajo para cantar. 

Sobre el final, el mencionado poncho albiceleste para el bajista y "Toxicity" y "Sugar" para poner a saltar a todo el mundo. No sabemos cuándo será la vuelta de SOAD a Argentina, pero esperamos que no nos hagan esperar una década más. ¡Los necesitamos hoy más que nunca!

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