El expresidente de Estados Unidos y actual mandatario, Donald Trump, reaccionó a la condena de Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión en Brasil. “Muy sorprendente. Realmente se parece a lo que quisieron hacer conmigo”, dijo al ser consultado por la prensa, en referencia a sus propios procesos judiciales.

La Corte Suprema de Brasil declaró culpable al líder ultraderechista por el intento de golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022. La sentencia generó un terremoto político en la región y un nuevo frente de tensión diplomática con Washington.

“Lo conocí como presidente de Brasil. Era un buen hombre”, agregó Trump, que en las últimas semanas ya había desplegado presión internacional para respaldar al exmandatario brasileño.

El secretario de Estado, Marco Rubio, también criticó duramente el fallo: lo calificó de “injusto”, apuntó contra el juez Alexandre de Moraes —al que llamó “abusador de derechos humanos”— y adelantó que “Estados Unidos responderá en consecuencia”.

Desde Brasilia, Lula da Silva respondió con dureza a las advertencias de Trump y su gobierno: “Estados Unidos necesita saber que no está tratando con una república bananera”.

“No temo (nuevas sanciones). Las acusaciones contra Brasil son todas falsas y el presidente Trump lo sabe. No hay déficit comercial; es arrogancia suya no querer que la Justicia brasileña juzgue a alguien que cometió un crimen. El presidente de un país no puede estar interfiriendo en las decisiones de otro país soberano. Si él va a tomar otras medidas, es un problema suyo”, declaró Lula en una entrevista con la cadena Band, en la mañana de este jueves, antes de conocerse la condena a Bolsonaro.

La condena

La condena fue votada por cuatro jueces contra uno. Según la Fiscalía, Bolsonaro lideró una organización criminal que planificó y ejecutó un plan para socavar las instituciones democráticas, con epicentro en la toma de los poderes públicos del 8 de enero de 2023.

Bolsonaro, de 70 años, niega las acusaciones y denuncia una persecución política. Desde hace un mes estaba en arresto domiciliario con tobillera electrónica en Brasilia y deberá enfrentar nuevas causas. Es el cuarto expresidente brasileño detenido desde el retorno de la democracia.

Mientras tanto, el respaldo de Trump y las sanciones económicas anunciadas por Washington abren un capítulo inédito: la crisis brasileña ya no es solo interna, también se transformó en un conflicto internacional.