La ciudad de Kyiv, capital de Ucrania, sufrió un ataque masivo por parte de las fuerzas rusas que lanzaron una amplia ofensiva aérea compuesta por decenas de misiles y cientos de drones contra objetivos tanto militares como civiles, lo que provocó muertos, heridos y daños significativos en la infraestructura urbana.

Según reportes oficiales y autoridades ucranianas, la ofensiva incluyó cerca de 500 drones y 40 misiles de distintos tipos, entre ellos drones tipo Shahed y misiles hipersónicos, que sobrevolaron y atacaron la capital durante horas, obligando al activamiento de las defensas antiaéreas y provocando explosiones en múltiples distritos de la ciudad.

El alcalde de Kyiv, Vitali Klitschko, informó que el ataque dejó al menos una persona fallecida y decenas de heridos, mientras que miles de hogares quedaron sin suministro de electricidad y calefacción en pleno invierno, debido a los daños en la infraestructura energética, generando un desafío adicional para los servicios de emergencia.

El presidente ucraniano Volodímir Zelensky condenó el ataque y afirmó que demuestra que Rusia “no quiere terminar la guerra”, en referencia a los esfuerzos diplomáticos en curso para finalizar la invasión, y señaló que esta acción ocurre justo antes de su reunión programada en Florida con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, donde se espera discutir un plan de paz respaldado por Washington.

El episodio subraya la persistencia de la violencia en el conflicto entre Rusia y Ucrania, iniciado en 2022, y evidencia cómo los combates y las tácticas de bombardeos contra centros urbanos siguen teniendo consecuencias graves para la población civil, incluso en momentos en que las partes buscan avanzar en negociaciones internacionales para poner fin al enfrentamiento.