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Las tres intervenciones de salud pública capaces de salvar 94 millones de vidas

Un estudio mundial comprobó que es posible reducir de manera drástica la cantidad de muertes prematuras por enfermedad cardiovascular en 25 años.

Las tres intervenciones de salud pública capaces de salvar 94 millones de vidas
Los investigadores usaron datos mundiales de múltiples estudios y estimaciones de la OMS

Un esfuerzo mundial por reducir la presión arterial de la población, recortar la ingesta de sodio y eliminar las grasas “trans” de la dieta podría disminuir de manera drástica la incidencia de muertes prematuras debidas a enfermedad cardiovascular en 25 años, según un nuevo estudio liderado por investigadores de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan.

Centrar nuestros recursos en la combinación de estas tres intervenciones puede tener un potencial
impacto enorme sobre la salud cardiovascular para 2040

Afirmó el autor principal del trabajo, Goodarz Danaei, profesor de Salud Global en la Escuela Harvard Chan.
En el estudio, publicado en junio último en la revista “Circulation”, los investigadores usaron datos mundiales de múltiples estudios y estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para calcular cómo impactarían estas estrategias.

En concreto, hallaron que incrementar el tratamiento de la presión arterial elevada (hipertensión) a un 70% de la población mundial, podría extender las vidas de 39,4 millones de personas. En tanto, reducir la ingesta de sodio un 30% podría evitar otras 40 millones de muertes y podría ayudar a disminuir la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Por su parte, la eliminación de las grasas “trans” permitiría prevenir la muerte de 14,8 millones de muertes prematuras.

Las estimaciones de estos investigadores indican que más de la mitad de todas las muertes que podrían retrasarse, y dos tercios de las muertes retrasadas antes de los 70 años, corresponden a la población masculina, que tiene en la actualidad las cifras más altas de muertes a causa de enfermedades no transmisibles a nivel mundial.

Los autores del trabajo afirmaron que para reducir las muertes prematuras vinculadas con la enfermedad cardiovascular serían necesarios una variedad de programas y políticas públicas. Una estrategia importante, apuntaron, sería aumentar el uso de medicaciones para la hipertensión arterial, muchas de las
cuales son seguras y accesibles. 

Asimismo, los investigadores reconocieron que amplificar estas intervenciones sería un gran desafío, que implicaría que los países destinen recursos adicionales para aumentar la capacidad y calidad del sistema de salud. Pero agregaron que los análisis previos han demostrado que estas intervenciones son realizables y accesibles desde el punto de vista económico.

Estas son metas realistas que han demostrado ser realizables en menores escalas

Afirmó Danaei, quien concluyó:

Necesitamos el compromiso de extender esta clase de programas para que podamos alcanzar la meta a nivel global

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