La patología puede presentarse en niños y adultos, indistintamente a hombres o mujeres. Enterate en qué consiste
Conocé los síntomas de la enfermedad │ (Foto: Stock Photo)
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica, no contagiosa, que se presenta en forma de lesiones rojizas, cubiertas por escamas blancas y secas, que se localizan en distintas partes del cuerpo.
En muchos casos puede comprometer codos, rodillas, tronco, cuero cabelludo, palmas de las manos, plantas de los pies, uñas y articulaciones.
"Puede presentarse en lactantes, niños y adultos, afectando indistintamente a hombres y mujeres. Si bien tiene un origen genético, está relacionada con una alteración del sistema inmunológico y puede ser desencadenada por múltiples factores", señaló el médico e investigador Ernesto Crescenti.
Conocé los síntomas de la enfermedad │Foto: Stock Photo
Entre ellos, explicó que pueden ser "bacterias, virus y hongos, determinados medicamentos, consumo de alcohol y tabaco, stress, climas fríos, rascado o fricción frecuente y cambios hormonales", indicó.
El especialista afirmó que la psoriasis "es una afección que el paciente padecerá durante toda su vida, habiendo periodos en los que desaparezca y otros en los que resurja con mayor intensidad.
Los síntomas más frecuentes son:
Espacios de piel irritados y rojos
Piel seca (cubierta con escamas)
Lesiones genitales
Dolor articular
Cambios en las uñas (color amarillento, hoyuelos y separación entre la uña y la piel)
Descamación abundante del cuero cabelludo.
Asimismo, una vez que se presenta puede aparecer de diferentes maneras:
En placas (partes de piel enrojecidas, cubiertas por escamas de plateadas a blancas)
Pustulosa (similar a granos con pus)
Eritrodérmica (enrojecimiento de la piel generalizado)
En gotas (aparecen pequeñas manchas entre rojas y rosadas)
Inversa (el enrojecimiento e irritación de la piel ocurre en axilas, ingle y entre la piel superpuesta)
Además, el médico dijo que en la mayoría de los casos, los pacientes con psoriasis "manifiestan en consulta su incomodidad a la hora de mostrarse en público o tener que exponer áreas del cuerpo que habitualmente cubren, por temor a las preguntas o las miradas incomodas".
"El desconocimiento puede afectar demasiado a los pacientes, por lo que es recomendable confiar en el médico y en el dermatólogo, así como acudir a terapia si fuera necesario", concluyó.