Después de tres semanas consecutivas de protestas tras las cuestionadas elecciones Evo Morales dimitió a su cargo este domingo. El artículo 169 de la Constitución de Bolivia estipula que, en caso de "impedimento o ausencia definitiva" del jefe de Estado, este será reemplazado por el vicepresidente. Sin embargo, ante la falta de este (Álvaro García Linera que dimitió) la Carta Magna establece la opción de relevarlo por el presidente del Senado.
En última instancia, la jefatura de Estado podría ser asumida por el presidente de la Cámara de Diputados, y, en ese caso "se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días". Sin embargo, el titular de ese cargo, Víctor Borda, también presentó su renuncia como diputado.
De acuerdo con la Constitución, la legisladora era la siguiente en la línea de sucesión a ocupar la jefatura del Gobierno que también renunció.
Con la renuncia de Adriana Salvatierra, titular del Senado, se complica la sucesión constitucional y pasa a estar en el foco el presidente de la Corte Suprema, José Antronio Revilla.
Salvatierra, miembro del Movimiento al Socialismo (MAS) -el partido político que preside Morales-, ha salido de su cargo con el fin de encontrar "una salida pacífica de los conflictos".
Según se reporta, la política de 30 años condenó los actos de violencia en el país al anunciar su dimisión, en particular las quemas de las casas de varios funcionarios.
Según trascendió, la Asamblea Legislativa (Congreso) de Bolivia debe aprobar o rechazar las renuncias tanto de Evo Morales como de los demás funcionarios en la línea de sucesión antes de que se pueda decidir el futuro de la jefatura de Estado.