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Cómo ir al dentista de forma segura durante la pandemia

Con las precauciones adecuadas, los dentistas argumentan que el riesgo de que los pacientes contraigan COVID-19 durante las visitas al dentista es mínimo, y retrasar la atención de rutina es un problema de salud importante.

Cómo ir al dentista de forma segura durante la pandemia

Con la pandemia de Covid-19 aún hoy en día propagándose, muchas actividades se vieron inevitablemente pausadas con el fin de reducir la transmisión. Esto tuvo un impacto particular en los consultorios de odontología, un entorno de riesgo único para la propagación del SARS-CoV-2 —ya que los médicos trabajan cara a cara con pacientes con la boca abierta durante períodos prolongados— pero a su vez clave para un mantenimiento integral de la salud

En este sentido, desde la Asociación Dental Estadounidense (ADA) se vieron en la necesidad de advertir a las personas sobre la importancia de retomar la atención rutinaria argumentando que con las precauciones adecuadas, el riesgo de que los pacientes contraigan COVID-19 durante las visitas al dentista es mínimo.

Asimismo, señalan que retrasar la atención de rutina puede ocasionar problemas fuera de la boca, ya que hay enfermedades de las encías que están relacionada con otras afecciones crónicas, como las enfermedades cardíacas. 

Chad Gehani, presidente de la ADA, explica que retrasar el cuidado dental presenta riesgos considerables para la salud a largo plazo no solo en las condiciones no severas —que pueden empeorar dramáticamente si se ignoran— sino que incluso las limpiezas simples son vitales.

"Por ejemplo, existe un vínculo entre la salud de las encías y la diabetes, así como una conexión con las enfermedades cardíacas", sostiene.

Por otra parte, dado que pasamos una mayor cantidad de tiempo en nuestros hogares, hubo también un empeoramiento en la dieta de las personas, con una mayor ingesta de alimentos que producen caries, como dulces y bebidas carbonatadas. 

Entonces, "si bien retrasar una limpieza durante unas semanas o un mes con la esperanza de que las tasas de transmisión del coronavirus disminuyan probablemente esté bien", dice Gehani, preocupa que las personas esperen seis meses o más.

Por eso, dado que las personas pueden propagar el SARS-CoV-2 incluso si no tienen síntomas y no se dispone de pruebas rápidas y económicas, los dentistas sugieren una serie de precauciones.

En primer lugar, una evaluación previa a la cita con el médico, es decir, un chequeo aproximado del estado de salud del paciente que incluya preguntas sobre tos recientes o fiebre y contacto potencial con personas infectadas con COVID-19.

Luego, para limitar los riesgos una vez en el consultorio, proponen menos sillas en las salas de espera para permitir una amplia distancia social así como también que los dentistas vean menos pacientes a la vez y las personas ingresen solas para reducir la cantidad potencial de interacciones de cada paciente.

A su vez, existen los equipos de protección personal, como las máscaras N95, que no solo reducen los aerosoles que respiran durante el procedimiento, sino que también limitan lo que podría escapar de sus propias bocas. 

Finalmente, agregan que algunas oficinas también están modificando la variedad de herramientas en uso, como evitar los instrumentos ultrasónicos para limpiar los dientes que vibran extremadamente rápido y representan "casi un método ideal para aerosolizar un virus".

"En general, los esfuerzos parecen estar dando sus frutos", explican, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud y la ADA no están de acuerdo sobre si las visitas no esenciales deberían realizarse en este momento en áreas con abundante transmisión de SARS-CoV-2 .

"En este punto, hemos estado practicando desde principios de mayo y todavía no hay transmisión de este virus del odontólogo a un paciente",  agrega la dentista Jessica Hill. "Así que siento que, como dentistas, debemos estar haciendo algo correctamente".

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