El ex Presidente de Ecuador, Rafael Correa y otros veinte referentes de su administración están siendo investigados por el caso "Sobornos 2012-2016", antes conocido como Arroz verde, donde se estudia una supuesta trama de corrupción. 

Lo que se intenta dirimir es si el espacio Alianza País (AP) que lideró el ex mandatario hasta 2017 se financió de manera irregular en sus campañas a través de empresas nacionales e internacionales como la brasileña Odebrecht.

La jueza Daniella Camacho ratificó así la solicitud de prisión preventiva contra Correa por acusarlo de liderar una "red ilegal" para captar fondos de empresas contratistas del Estado para algunas campañas electorales.

El 21 de junio de 2019 pasado, funcionarios diplomáticos que llevaban una notificación de Fiscalía por esta causa al domicilio de Rafael Correa, en Bélgica, descubrieron que el ex mandatario ya no vivía allí. 

En aquella oportunidad el abogado del expresidente, Fausto Jarrín, confirmó que Correa se cambió de domicilio, pero que sigue viviendo en Bélgica, de donde es originaria su esposa, y a donde llegó en 2017 tras dejar la Presidencia.

Correa, que tiene más de una docena de expedientes abiertos en su país, se niega a regresar a Ecuador porque considera que es víctima de una persecución política por parte de su sucesor, Lenín Moreno, el mismo que fue su vicepresidente durante una década. 

A poco menos de un año de haber asumido (4 de febrero de 2018), Moreno convocó a un Referéndum Constitucional compuesto por siete preguntas dentro de las cuales destacaba la eliminación de la reelección indefinida introducida por Rafael Correa en el año 2015

Si bien además de este punto podríamos mencionar cortocircuitos por el caso Odebrecht, las críticas al nivel de endeudamiento “recibido” o el cambio de modelo nacional, el éxito en impedir un regreso de Correa a la presidencia es el punto que explica la ruptura en la relación de la ex fórmula.