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Radiografía de la inflación: ¿Se puede festejar?

El jueves se publicó la inflación y varios ya salieron a festejar: ¿Qué hay que tener en cuenta?¿Qué podemos esperar?

Radiografía de la inflación: ¿Se puede festejar?

La publicación del dato de inflación para abril, que dio un aumento del 3,4% de los precios en el cuarto mes del año, fue un respiro para el gobierno. Sin embargo: ¿estamos presenciando un cambio en la tendencia? ¿Es 3,4% de inflación mensual un número que festejar?

Está claro que después del pico de marzo, donde los precios se incrementaron un 4,7% y de que el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publicá el Banco Central proyectará un 4%, el informe del INDEC es una buena noticia. Pero hay ciertos puntos a tener en cuenta que no permiten festejar. 

La inflación núcleo y los aumentos en mayo

La inflación núcleo, la canasta de productos no estacionales y que no incluye los servicios regulados, aumento un 3,8% en abril. Esto quiere decir que la inflación más dura creció más que el índice general ¿Qué quiere decir? Que la actualización inercial de precios (es decir, la expectativa que tenemos de que todo siga aumentando) tiene un peso en esta economía y pone pisos inflacionarios dificiles de perforar 

Otro punto a tener en cuenta es que Mayo tuvo aumentos en combustibles, prepagas, peajes y en la boleta de agua. En este sentido, se estima una inflación de, por lo menos, el 3%. Lo que sigue siendo alto en términos mensuales y mantiene la lógica inercial en la actualización de precios.

¿Por qué bajó la inflación?

Hay un acuerdo en que la baja en el incremento de los precios se dio debido a que en abril no hubo saltos en el tipo de cambio, como sí hubo en marzo cuando se pasó de un dólar a $40 a $46.

Este efecto se ve principalmente en el Sector Alimentos y bebidas, que pasó de aumentar un 6% en marzo a un 2,5% en abril. Miramos este sector porque es el que se referencia en dólares debido a que gran parte de los insumos de alimentos también se exportan, por lo que cuando hay saltos en el tipo de cambio también hay mayores actualizaciones en sus precios locales.

Es por este motivo que la fuerte devaluación del año pasado, cuando el dólar aumento más de 100% su valor, pegó especialmente en Alimentos y bebidas. El nivel de inflación interanual de este sector llega al 66,2%, más de 10 puntos porcentuales por encima del que se evidencia en el nivel general (55,8%). 

En el mismo sentido, las tarifas de los servicios se actualizan por el tipo de cambio, como también combustibles, y son un canal de transmisión de aumento de precios para toda la economía. 

¿Festejamos?

Me encantaría decir que sí, pero hay que resaltar lo evidente: la evolución de los precios dependerá de cómo evolucione el tipo de cambio y esto es sostenible, en el mejor de los casos, hasta fin de año. 

El control en el mercado cambiario, con el apoyo del FMI, tiene fecha de expiración y promete un control del dólar (por debajo de los $51,45) hasta fin de este año. Ya en 2020 cuando terminen de ingresar los dólares del préstamo y haya que empezar a pagar las obligaciones contraídas no hay seguro para el dólar, ni para la inflación. Parece problema de la próxima gestión y la mirada está puesta en las elecciones: no hay mañana. 

De la misma manera, el congelamiento de tarifas anunciado por el gobierno termina en 2019 y de hecho el aplanamiento de la boleta de gas trae al verano gastos que antes se liquidaban en invierno. 

Mientras tanto, se mantiene la estrategia de crecimiento cero de la base monetaria del gobierno, que supo reducir la inflación de sus picos en septiembre y octubre pasado, pero que se mostró ineficiente en el comienzo del 2019 cuando los precios comenzaron a acelerarse nuevamente. Al pico de marzo salió volando el gobierno a Washington para pedir permisos de intervención en el mercado del dólar, lo consiguieron y he aquí su mayor paz. 

Las malas noticias

Como imagen clara de la crisis económica que estamos atravesando tenemos el siguiente dato: el producto más vendido por unidad en la edición de este año del Hot Sale fue el kilo de azúcar. Los otros productos más demandados fueron yerba y arroz. Así estamos. 

Incremento de la pobreza, de la indigencia, caída en el poder adquisitivo de los salarios, aumento del desempleo y puedo seguir la lista que va a entristecer tu día. No es la idea, lo que busco es que quede claro cómo estamos para que no festejemos un aumento de precios mensual del 3,4% sostenido en un dólar intervenido que no pasa de 2019.

Además de que para mantener ese tipo de cambio tenemos una tasa de interés arriba del 70%, una política que se dijo para el corto plazo pero que acumula más de un semestre de ahogue al sector productivo. 

No podemos olvidar los vencimientos de deuda de los próximos años, que el propio mercado duda que podamos pagar y por eso el riesgo país arriba de los 900 puntos. La sostenibilidad en el mediano plazo no parece vislumbrarse en el esquema actual.

"No es necesario (refiriendo a la renegociación del acuerdo). Si la Argentina quiere tener un programa de desembolsos adicionales, podría tener un nuevo programa. Pero si con el sector privado alcanza para hacer frente al pago de la deuda, no va a ser necesario un nuevo programa con el Fondo, una vez que termine el que tenemos", evaluó nuestro ministro de Hacienda.

Para cerrar, un escenario internacional encrudecido por la guerra comercial entre Estados Unidos y China que recorta el crecimiento mundial y motiva a los capitales a quedarse en los lugares más seguros, donde Argentina no tiene espacio. Pero no queda ahí, la caída en el precio de la soja hace que la liquidación se deje para el último momento posible y reduce los ingresos de dólares, tan necesarios para nuestra economía. 

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