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Ricardo Darín: "Deseo que en algún momento la balanza se ponga un poco más pareja"

Ricardo Darín se convirtió en el nuevo invitado de Caja Negra, el ciclo de Filo.news conducido por Julio Leiva.

Ricardo Darín: "Deseo que en algún momento la balanza se ponga un poco más pareja"

Ricardo Darín es un nombre que sólo figura en IMDb como parte del elenco de grandes y exitosas producciones cinematográficas nacionales, sino también en las elecciones de varios argentinos y argentinas cuando responden a la pregunta de quiénes son los mejores actores del país.

Y es que, con papeles magistrales y memorables en películas como Relatos salvajes, Nueve Reinas, Kamchatka, El secreto de sus ojos, Elefante blanco y Nieve negra, Darín se posicionó como uno de los mejores actores de la Argentina. Ahora, también se posicionó en los sillones de Filo para convertirse en el nuevo invitado de Caja Negra, el ciclo conducido por Julio Leiva.

Si bien su trayectoria es larga y atraviesa distintas generaciones, Darín empieza desarrollando una tesis sobre las exigencias hacia los jóvenes: "Están obligados a tener éxito, a acertar en la primera. Es como si la maquinaria del sistema no te permitiera equivocaciones, fallas o distracciones, lo cual es tremendamente penoso porque todos sabemos que de lo que más se aprende es de eso: de equivocarte y recuperarte, caerte y levantarte".

"Por un lado veo eso, noto eso, pero por otro lado confío mucho en la gente joven. Ni hablar de si querés que entremos en el terreno sexual. Estoy azorado con la transparencia, claridad y valentía con la que muchos en esta era han decidido enfocar su vida y proyectarse hacia los demás, cosa que obviamente ni hablar de mi generación. Si hablamos de generaciones pasadas era directamente impensable. Había gente que decidía vivir toda una vida con alguien que ya sabía que estaba equivocado y sin embargo, por el qué dirán, por el afuera o por la presión externa, decidían mantener una situación caótica. En ese sentido, creo que los chicos hoy en día tienen no sólo un nivel de información mucho más elevado, sino que tienen una procesadora de esa información que es su cabezas, todo su organismo, toda su existencia. Tienen una forma de procesar los datos mucho más auténtica. Te diría, mucho más honesta y sincera. Se la juegan, corren el riesgo de equivocarse, pero se muestran. Y eso me hace tenerle mucha confianza en ese sentido", sigue.

En ese sentido, quizás la persona que más cercana tiene como representante de las nuevas generaciones de jóvenes en su hijo, el "Chino" Darín, que, al igual que su padre, se encuentra construyendo un carrerón actoral. Sin embargo, Ricardo no puede dar una apreciación objetiva de él.

"Primero porque es mi hijo. Segundo, porque tenemos una relación muy fluida y muy de contacto, muy frecuente. Además, somos socios", explica él. "Es un tipo que se hizo: se hizo con sus propios cánones, con sus propias herramientas. Eligió un camino más forzoso y más farragoso, pero propio. Y hoy lo veo con una gran capacidad de análisis que termina llevándola, por consiguiente, a su trabajo porque es muy profesional, es muy enfocado para analizar qué cosas debe hacer y qué cosas no y cómo debería hacerlas. Lo veo mucho más analítico que yo. A su edad yo era un disparate, un disparate. Yo soy un milagro viviente porque no sé como llegué hasta acá. Honestamente lo digo. Yo veo sus planteos, sus análisis y sus reflexiones y digo: 'Qué hubiera pasado conmigo si yo hubiese tenido la oportunidad de reflexionar de esa forma', aún teniendo en cuenta que yo creía que era muy inteligente en ese momento. Yo siempre fui mucho más emocional, más intuitivo... si se quiere más venal y a él lo veo muy cerebral, muy analítico y estoy contento con lo que está haciendo con su vida".

Posteriormente, Ricardo desarrolla su posición sobre otro de los aspectos que signan a las generaciones jóvenes: el del amor para siempre, que es propio de otra época ya que hoy los vínculos se construyen en el día a día. Con Florencia Bas, su pareja desde hace más de tres décadas, bromean con eso, según cuenta.

"Yo creo que una de las posibles claves sea la de no tener un plan para toda la vida, porque es una gran presión plantearte una cosa así es como los chicos cuando los vemos que están obligados a decidir qué van a ser el resto de su vida y lo tienen que decidir rápido porque se viene diciembre. Me causa un poco de estupor eso, porque digo: '¿Cómo hacés para decidir qué vas a ser el resto de tu vida si estás tratando de averiguar quién sos permanentemente?'. Sobre todo en la etapa de la adolescencia, que es una revolución en el afuera. La sociedad, tu familia, tus amigos todos te están empujando a decidir. Con el matrimonio pasa un poco lo mismo. Esta cosa de plantearse para toda la vida es un poco imprudente si se quiere, porque todos sabemos que las relaciones se construyen en el día a día y necesariamente hay que alimentarlas, esperar esa retroalimentación y ver que nos va pasando, tener problemas, ver cómo salir de esos problemas y cómo los resolves. Cuando uno se enamora, se enamora no por conocer en profundidad quién es el otro, porque recibe una serie de señales en muchos sentidos que nos atraviesan, que nos transportan y nos colocan en otra dimensión. Está bien, es correcto imaginar que a partir de ese cúmulo de sensaciones lo que querés  es quedarte pegado con esa persona para siempre. Ok. Pero lo real es que no la conocés en profundidad, la vas a ir conociendo. Y pasa que en ese camino, en ese tránsito, uno a veces puede descubrir cosas para las que no estaba preparado y viceversa, porque también te das a conocer de otras formas. Entonces yo creo que una de las claves está en no plantearse las cosas in eternum, sino a corto plazo o con más tranquilidad, sin ponerle tanta presión. La presión nunca es muy buena amiga de las relaciones".

Antes de pasar a su actualidad actoral y a algunas anécdotas, Darín da su pensamiento acerca del consumo de marihuana: "Ayer me enteré de que hay una normativa en donde un tipo puede andar con hasta 40 gramos de marihuana y puede tener 14 plantas. Me gusta cómo somos los seres humanos, somos maravillosos, pasamos de una cosa a la otra que no sé muy bien que es lo que está pasando, pero sí, evidentemente se ha descubierto que la gente no es violenta por fumar marihuana. No te convertís en un asesino serial por fumar marihuana. Lo que puede ocurrir es que si sos un asesino serial y fumás marihuana o te tomá un litro de leche, te pasa exactamente lo mismo: vas a seguir siendo un asesino serial. Y de todos modos creo que este es un momento de cambio, como todos, es un momento bisagra. Vamos a ver hacia dónde va. Veremos. Yo creo que hay que estar atentos porque puede haber sorpresas".

1985

En agosto pasado, Santiago Mitre dio inicio a 1985, la película que tendrá como protagonistas a Ricardo Darín junto a Peter Lanzani, quienes se ponen en el rol de Julio Strassera y Luis Morena Ocampo, los fiscales del juicio a las juntas militares.

"Vamos a ver si logramos conformarla definitivamente para que llegue a la mayor cantidad de gente posible y que les produzca lo que nos produjo a nosotros hacerla, leerla, vivirla, acompañarla. El día a día fue muy fuerte y hacerla muy emocionante, muy nutritivo. Me pasó que nosotros filmamos en tribunales, pero básicamente mucho en la sala de audiencias, que es exactamente la sala en donde se hizo el juicio a las juntas y en donde se comunicó el alegato final histórico. Todavía es una historia de la que hablamos bastante poco, a pesar de que debería ser uno de nuestros mayores motivo de orgullo. Vaya uno a saber porque el tiempo lo dirá", comienza Ricardo.

Gracias a la buena caracterización de las personas que se encargaron de eso, Darín recibió una buena cantidad de comentarios acerca de su parecido con Julio César Strassera: "Me pasó que salí de tribunales para ir hasta la motorhome de vestuario a buscar no sé qué cosa que y me cruzo con una pareja de dos personas grandes de la edad de él, de la edad que él tendría hoy. Y el tipo me detiene y me dice: 'Te voy decir algo, pues yo fui compañero del colegio de Julio César Strassera. Nos conocimos durante toda la vida, no te pareces en nada a él, pero sos igual'. Son esas cositas que vas recogiendo y que te dan indicios de que estás por el camino correcto. Se lo conté a Santiago Mitre y nos emocionamos los dos. Me había pasado ya con otros que trabajan dentro de los tribunales y que habían tenido la oportunidad de conocerlo, porque además, a cargo de uno de los juzgados tribunales estaba su sobrino y parece ser que lo visitaba mucho en ese juzgado".

Y sigue, ya sobre el discurso de Strassera: "Debo haber repetido el discurso del alegato, sin exagerar, treinta veces, con lo cual uno puede imaginar que, a partir de la segunda o tercera vez que lo repetís, no causa el mismo impacto. ¡No! Casi te diría que ocurrió inversamente proporcional a lo que nos esperábamos.  A medida que repetíamos y repetíamos (porque la cámara estaba puesta en otro lugar, tomaba planos de no sé quién, porque volvía a mí o porque iba a Peter, o porque iba a los jueces y demás), y repetíamos el alegato yo sentía que la vibración que había en la sala era cada vez más fuerte, cada vez más grande. En ese alegato final se tocan fibras muy profundas de lo que debiera ser la constitución de una comunidad, digamos el delineamiento de cómo debería ser el respeto por los semejantes y por los conciudadanos. El nivel de peso, de contundencia y de impacto que tiene cada una de las frases elegidas para ese alegato (que por cierto no lo escribimos nosotros; lo escribieron precisamente ellos) es inimaginable. Cualquiera de las frases podés analizarlas y son de una contundencia impresionante. Es muy fuerte todo lo que se dice muy fuerte y está muy como decirlo".

Su amistad con Diego Maradona

Tanto él como su pareja fueron íntimos amigos de Diego Armando Maradona, por lo que, cuando se enteraron de su fallecimiento hace casi un año, "quedaron cinco días estupefactos", ya que no podían caer en la noticia que se estaba dando a conocer aquel 25 de noviembre.

"No puedo ver ni la serie. Es una suerte que no haya estado en Argentina en el momento que el murió. Yo lo hubiera pasado muy mal con lo que fue su velorio multitudinario. Y cuando digo que la hubiera pasado muy mal, le hubiera pasado realmente muy mal. No hubiera estado de acuerdo con nada de lo que se hizo. Yo no sé si pasé, todavía no lo tengo digerido, no está asimilado. Yo lo único que sentí en ese momento, cuando empecé a ver qué era lo que ocurría a su alrededor, era que soy un tipo con suerte. Por suerte yo no estaba en Buenos Aires. A mí se me hubiera salido un poco la cadena, me parece, con respecto a todo lo que hicieron con él", comenta.

En un momento íntimo, Ricardo se anima a contar una acédota que vivió con Diego cuando se estaba poniendo a punto para el Mundial de Estados Unidos 1994.

"Como él se divertía conmigo y nos reíamos, jugábamos al tenis juntos, llevábamos a los chicos al colegio a la mañana, nos quedaba toda la mañana libre y yo lo acompañaba a entrenar. Íbamos a distintos lugares, mucho al CeNARD. Un día estábamos en el CeNARD y todos venían a saludar. Imaginate, todos los pibes que entran a CeNARD, básquet, de tenis, de todas las disciplinas deportivas. Diego Armando era Diego Armando, se volvían locos con él, se encendía la situación. Entonces no sé cómo fue, no sé si eran los chicos de vóley... no me acuerdo muy bien quiénes eran, pero lo cierto es que lo retaron, que por qué no hacíamos un picado, un partido de fútbol ahí en una de las canchas auxiliares que tiene el CeNARD. Y él dijo: 'Sí, dale'. Pero eran las 10, 10 y media de la mañana. Él había corrido en cinta, había entrenado. Pasó una cosa muy graciosa ese mismo día en que yo estaba corriendo en la cinta de al lado de la que corría él y de golpe entra Locomotora Castro y había dos cintas. Entonces, cuando lo veo a Locomotora digo 'voy a bajarme' "vos te quedas ahí", pero... 'te quedas ahí, te quedas ahí'. Después de eso se armó esto del partido de fútbol y, obviamente, yo no tenía botines. Yo me voy hasta mi casa, voy a buscar los botines con un chico de ocho años y, cuando llego, está él en el medio de la cancha con una pila de camisetas para todos los pibes que iban a jugar. Yo llego con la lengua afuera, literal, con los botines y me pasaba la vista y como que no me veía. Entonces empecé a repartir todas las camisetas, todas las camisetas y queda una camiseta, una camiseta y a mí nunca me llamó. Yo me había esta a mi casa, 700 kilómetros para mi casa a buscar los botines y este... cuando me ve me dice que: 'Eh cagaste todo, cómico" y me tira la camiseta. Le encantaba hacer esas cosas, le encantaba, estaba siempre muy atento a ese tipo de cosas. Nos reíamos mucho, jugábamos mucho al fútbol. Lo que más me impresionó a mí fue verlo jugar en cancha de cinco, porque el otro lo vimos todos, pero en cancha de cinco, sobre todo en parquet, ahí hacía lo que quería, lo que quería".

La caja negra

De la caja negra, esta vez, sale una lámpara y, para finalizar, Julio lo invita a preguntarse qué deseo pediría si tuviera en sus manos una de verdad.

Así responde: "Hago un combo. Te iba a decir de volver a la normalidad, pero no sé cuál es la normalidad. Vamos a salir del tema pandemia, pospandemia, intrapandemia y subpandemia porque estoy un poco cansado de eso. Creo que, como todos, tenemos la mirada puesta en que en algún momento las cosas se acomodarán. Lo paradójico del caso es que cuando las cosas se acomoden van a estar desacomodadas. Entonces, saquemos la pandemia y pensemos y añoremos. Vamos a intentar desear que, en algún momento, se termine la estupidez en este mundo, que las cosas empiecen a ser un poco mas ecuánimes, un poco más equitativas y que algo se produzca a nivel universal para que la gran cantidad de personas que la están pasando tan mal en este mundo sean menos, mucho menos. No puede ser todo tan desbalanceado. No puede ser que la acumulación de la riqueza esté produciendo tanta tristeza, tanta injusticia, que haya tanta gente por debajo de la línea de pobreza. No puede ser que lo que está ocurriendo en nuestro país con el tema de la pobreza, pero no me quiero poner fanático con mi país. Creo que esto está pasando a nivel mundial y creo que tiene que ver con una desproporción muy grande, muy fuera de control, de acumulación de la riqueza innecesaria. Mirá qué innecesaria será que los grandes archirecontramegamillonarios que hay en el mundo no saben qué hacer con la guita. Empiezan a tratar de sacarse de encima lo que se les está saliendo como un forúnculo de tanta guita que tienen. Entonces hacen fundaciones y donaciones y que lo que tienen que pensar es el planteo anterior, como se hace para que no ocurra de esa forma. Y sé que es un poco utópico plantearlo, porque desde acá, desde nuestra humilde presencia en un programa humilde, somos cuatro tipos que no podemos tener grandes pretensiones. Pero si me preguntas qué deseo yo, y... que en algún momento la balanza se ponga un poco más pareja".

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