Melina Noelia Bianco viajaba en el patrullero que siguió al Fiat 147 conducido por Aníbal suárez y en el que viajaban Danilo Sansone, Gonzalo Domínguez, Camila López y Rocío Guagliarello.

La oficial confesó todo y está detenida e imputada por encubrimiento. El patrullero era conducido por Mariano Ibáñez y su acompañante era Manuel Monreal, quien disparó de acuerdo al relato de Bianco.

"Se para adelante como que el Fiat se detenga. Como esto no ocurre, saca el arma y dispara de atrás una vez que pasó. Habrá disparado como mínimo tres veces", declaró Bianco en la indagatoria a la que tuvo acceso Clarín.

Otra patrulla había empezado la persecución de los jóvenes que iban en el Fiat. Una pick up conducida por el oficial Leonardo Ecilape, con el capitán Rubén Alberto García. Los agentes acudieron a un llamado del 911 por un episodio registrado en el barrio Montemar, en San Miguel del Monte.

"Vayan a ver qué pasa", les ordenaron desde la estación a Bianco y sus compañeros. "Ibamos por la costanera hacia Montemar y nos encontramos de frente el Fiat que viene rápido y atrás el patrullero de Ecilape y García. Nos cruzamos por radio y nos dicen que eran ellos y que teníamos que agarrarlos. En ningún momento dijeron nada por radio sobre el motivo que originó la persecución", recordó Bianco ante el fiscal Lisandro Damonte.

Pero de acuerdo al relato de esta testigo, Monreal no fue el único que efectuó disparos hacia el Fiat que terminó chocando contra un camión. "Pasó también a toda velocidad el móvil de García y Ecilape. García venía disparando. Habrán sido, como mínimo, dos o tres disparos, pero no vi si impactaron en el coche. Yo vi que sacó el arma. Creo que era la reglamentaria pero pudo ser otra. Se decía que García usaba también una .22. Él saco el arma por la ventana".

"Yo me quedé encerrada en el patrullero, agachada y con miedo porque no tenía chaleco. Ninguno tenía chaleco. Escuchaba muchos tiros y estaba muy asustada", describió Bianco, remarcando que en los patrulleros no pueden abrirse las puertas traseras desde adentro.

Ecilape pidió asistencia del SAME y pidió que los móviles policiales vayan al lugar del choque. Pasaron entre 7 y 10 minutos entre los disparos y el choque contra el acoplado. "Puedo ver que había gente tirada, parte de autos separadas por todos lados. Estaba conmocionada, desesperada por lo que veía. Las nenas, dos criaturas", describió la agente el momento cuando salió del patrullero y vio la situación. En ese momento se puso a ayudar en las tareas de rescate junto a los bomberos locales y los paramédicos del SAME.

El encubrimiento comenzó cuando los cuerpos aún estaban sobre la calle. "Estaba Franco Micucci (responsable de la comisaría y preso por encubrimiento agravado), de civil, con un jean y una campera bordó". Él fue quien autorizó a que levantaran los cuerpos de la escena. 

Después de varias horas, en la comisaría, Bianco le tomó declaración a la pareja de jubilados que habían llamado al 911 por un presunto hecho de inseguridad que derivó en la salida de los patrulleros, pero ese testimonio fue modificado. 

En el acta que firmó, desaparacieron las menciones a los disparos. En esa movida estuvo involucrado también el oficial José Durán, del servicio de calle, y la oficial subayudante Nadia Genaro, encargada del libro de guardia, donde hay datos erróneos y modificados.

Otro de los acusados es el subsecretario de Seguridad de Monte, Claudio Martínez. Varios testigos lo vieron pidiendo las grabaciones de la calle del choque y de todas las cámaras durante la persecución. Según él, nadie pidió los videos y por eso demoró en entregarlos, pero la jueza de Garantías de La Plata, Marcela Garmendia, sostiene que amenzaó a sus empleados:

"Todos los puestos de trabajo están en juego. Nada de lo que pasó tiene que trascender".
Según explicó la fiscal Garmendia: "La tardía intervención de Martínez tuvo como finalidad ayudar a los efectivos policiales a eludir la inminente investigación judicial y de esa manera alterar y ocultar los rastros del delito".

Respecto a las declaraciones de Bianco, la jueza considera que permitió que "de un aparente accidente de tránsito emerja la cruda realidad de la masacre de San Miguel del Monte".