Desde su popularización en la década del 2000 hasta la actualidad, varios estudios habían mostrado la influencia de los smartphones en nuestras relaciones personales, vida diaria y hasta en nuestra salud mental. Una nueva investigación realizada a lo largo de cuatro años por un equipo de científicos del Centro Hospitalario Universitario Sainte-Justine, en Canadá, reveló que el aumento en el uso de redes sociales y la cantidad de horas frente al televisor produjo en adolescentes un incremento de los síntomas asociados a la depresión.
El equipo liderado por la psiquiatra Patricia Conrad le preguntó a los participantes (aproximadamente 4000 adolescentes de entre 12 y 16 años) la cantidad de horas que pasaban semanalmente en tres actividades principales: redes sociales, televisión y videojuegos y les realizó un cuestionario sobre varios síntomas depresivos.
“Las redes sociales y la televisión son medios que frecuentemente exponen a los adolescentes a imágenes de otras personas en situaciones más prósperas, como otros adolescentes con cuerpos perfectos y un estilo de vida más emocionante o rico. Además, las personas buscan y seleccionan información congruente con su estado de ánimo actual. Las características algorítmicas de la televisión y, en particular, de las redes sociales, crean y mantienen un ciclo de retroalimentación al sugerir contenido similar a los usuarios en función de su comportamiento anterior de búsqueda y selección. Por lo tanto, cuanto más influye el estado depresivo de una persona en su elección de visualización, más contenido similar se sugiere y se proporciona, y más probable será que esté continuamente expuesto a dicho contenido, manteniendo y mejorando la depresión", dijo Elroy Boers, coautor.
Sorprendentemente, la cantidad de horas que se pasaba jugando con videojuegos no contribuía a los síntomas de depresión. El gamer promedio no está socialmente aislado sino que suele jugar en compañía de otros ya sea en persona o de manera virtual.
Según Conrad, la alta actividad en plataformas como Instagram es perjudicial para los adolescentes ya que promueve la comparación social y los hace sentir mal consigo mismos. Agregó además, que la identificación temprana de cierta vulnerabilidad a la depresión y la regulación del tiempo que los adolescentes pasan en redes sociales podría prevenir y reducir los síntomas.