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Ciencia

¿Cómo enfrentan las nutrias el desafío de mantenerse calientes en el mar?

Las nutrias marinas son los mamíferos más pequeños del océano, y aunque tienen el abrigo de piel más denso del planeta, este pelaje no es suficiente para evitar la pérdida de calor. ¿Cómo se adaptaron entonces para sobrevivir al frío?

¿Cómo enfrentan las nutrias el desafío de mantenerse calientes en el mar?

Es especialmente difícil para los mamíferos que viven en aguas frías mantenerse cálidos porque el agua aleja el calor del cuerpo mucho más rápido que el aire. Varias especies logran hacerlo gracias a adaptaciones como grandes depósitos de grasa o cuerpos de gran tamaño, pero una notable excepción a esta regla es la nutria marina, una especie que es mucho más pequeña y delgada que las demás. ¿Cómo enfrentan estos simpáticos animalitos el desafío de mantenerse calientes en el mar?

Un equipo de investigación con experiencia en el metabolismo de mamíferos marinos y humanos publicó recientemente, en la revista Science, el secreto de cómo se adaptaron las nutrias para sobrevivir al frío. Allí explican que los mamíferos del mar como las focas y los leones marinos suelen tener un metabolismo elevado para soportar el agua fría (utilizando más energía para calentar su cuerpo) pero que estos animales también cuentan con un cuerpo grande y una abundante capa de grasa para no enfriarse. Las nutrias marinas, por el contrario, son los mamíferos más pequeños del océano. Y aunque tienen el abrigo de piel más denso del planeta, incluso este pelaje superaislante no puede evitar que pierdan calor. 

Algo que ya sabían los científicos es que las nutrias marinas tienen un metabolismo extremo que les ayuda a mantener una temperatura corporal promedio de 37° C. El metabolismo, recordemos, incluye todos los procesos químicos dentro de las células que sustentan la vida, entre ellos, cómo los alimentos se convierten en energía. En este caso, las nutrias queman la energía de la comida tres veces más deprisa de lo que cabría esperar en un mamífero de su tamaño y, por ello, deben comer tanto como una cuarta parte de su peso para cubrir la alta demanda de energía. Para darse una idea de cuánto representa esto, los humanos comemos el equivalente al 2% de nuestra masa corporal, que para una persona de 70 kg. serían aproximadamente 1.3 kilogramos de comida por día.

Pero lo que los investigadores no entendían era qué órganos o tejidos están utilizando esta energía adicional para generar más calor. Decidieron entonces buscar la fuente de calor en los músculos de las nutrias (en la mayoría de los mamíferos, los músculos esqueléticos contribuyen hasta la mitad del peso del animal).

Para ello, tomaron muestras de músculo de 21 nutrias marinas cautivas y salvajes, desde crías hasta adultas; y luego midieron la cantidad de oxígeno que usaban las células de músculo mientras el animal realizaba diferentes tareas (el consumo de oxígeno es un indicador de la cantidad de calor que producen las células). Finalmente, compararon esa tasa de consumo de oxígeno con la que se ve en otros animales como los humanos, los elefantes marinos y hasta los perros de trineo.

¿De dónde venía el calor? Cuando los animales comen, la energía de sus alimentos no puede ser utilizada directamente por las células. En cambio, se descompone en nutrientes simples, como grasas y azúcares, y estos luego son transportados en la sangre y absorbidos por las células. Dentro de la célula, los nutrientes se convierten en ATP —una molécula de alta energía que actúa como la "moneda de energía" de la célula— en compartimentos llamados mitocondrias.

El proceso de convertir los nutrientes en ATP es similar a cómo una central hidroeléctrica convierte el agua en electricidad. A medida que el agua almacenada mueve el rotor, genera electricidad al hacer girar las aspas conectadas a un generador, similar al viento que hace girar las aspas de un molino. Si la represa tiene fugas, parte del agua, o energía almacenada, se pierde y no se puede usar para generar electricidad.

De manera similar, las mitocondrias con fugas son menos eficientes para producir ATP a partir de nutrientes; y aunque la energía filtrada en las mitocondrias no se puede usar para hacer trabajo, genera calor. Resulta que el músculo de la nutria marina es bueno siendo ineficiente, por lo que la energía "perdida" en forma de calor les permite sobrevivir al frío.

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