Ir al contenido
Logo
Ciencia

Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria

Aunque los trastornos alimenticios pueden comenzar con preocupaciones por la comida y el peso, son mucho más que eso. Por eso, desde Filo.News hablamos con dos psicólogas y una nutricionista para entender sobre las causas, la influencia de los medios en la autopercepción, y los tratamientos para abordarlos.

Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria

El 30 de noviembre es el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), una propuesta anual que pretende visibilizar la importancia de la prevención y detección precoz de este tipo de alteraciones alimentarias, así como también informar y sensibilizar para evitar la estigmatización y los juicios sociales que los rodean.

En este marco, desde Filo.News hablamos con grandes profesionales que son especialistas en TCA: Agustina Murcho, nutricionista experta en trastornos alimentarios; la Lic. Mara Fernández, psicóloga y experta en trastornos alimentarios; y la Lic. Olga Ricciardi, Psicóloga y Fundadora y Directora de CEDA (Centro Especializado en Desórdenes Alimentarios).

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria son enfermedades de causa psíquica o emocional que, a través del vínculo con el alimento, producen efectos negativos en el cuerpo, deteriorándolo. Las obsesiones con la comida, el peso y la forma corporal pueden ser señales de un trastorno de la alimentación. La causa exacta no se comprende completamente, pero las investigaciones sugieren que una combinación de factores genéticos, biológicos, conductuales, psicológicos y sociales puede aumentar el riesgo de tenerlos.

Durante los últimos años, alerta la psicóloga Mara Fernández (@hablar_sana), en nuestro país se produjo un incremento preocupante de la incidencia de los desórdenes alimentarios, que van desde la anorexia y la bulimia hasta los trastornos por atracón, la vigorexia, la ortorexia y la alcohorexia, entre otros. Y si bien no hay estadísticas oficiales, la Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia estima que en la actualidad entre el 10% y el 15% de la población sufre algún trastorno alimentario. Además, los TCA los sufren en mayor medida las mujeres (90%) en comparación con los hombres (10%) y suelen desarrollarse en la pubertad y/o adolescencia, aunque se está viendo cada vez más en niños.

"Aunque los trastornos alimenticios pueden comenzar con preocupaciones por la comida y el peso, son mucho más que comida. Las personas con trastornos alimenticios utilizan la comida y el control de ésta como un intento para compensar los sentimientos y emociones que de otra manera son vistos como intolerantes. Para algunos, la dieta, los atracones y la purgación pueden comenzar como una forma de lidiar con las emociones dolorosas y para sentirse en control de su vida personal".

"Quienes padecen un TCA son personas cuyo estado anímico se ve influenciado por el éxito o fracaso en su relación con la comida y con su imagen de sí mismo. Tienden a describirse a sí mismas en términos absolutos (bueno-malo; lindo-feo; correcto-incorrecto). Esta polarización refuerza la necesidad que tienen de controlar lo que comen. La búsqueda por alcanzar la delgadez extrema se traduce en una lucha psicológica, en la cual la persona adopta una conducta de desafío e independencia, pero la realidad es que sienten que no valen nada y no merecen que nada bueno les suceda".

La Lic. Ricciardi del CEDA (@ceda_online) coincide en que los casos en Argentina crecieron de modo alarmante, particularmente en el último año, y explica que desde el comienzo de la pandemia se duplicaron las consultas por anorexia nerviosa respecto al promedio de años anteriores. Agrega, además, que el rango etario se amplió aumentando los casos en la infancia (desde los 4 años) con la presencia de TERIA, un Trastorno de Evitación/Restricción de la Ingesta de Alimentos que se caracteriza por conducta de evitación de ciertos alimentos a partir de características sensoriales como el color, la textura, el aroma o sabor de la comida pero donde no se experimenta distorsión de la imagen corporal ni temor a subir de peso. "En la franja de la adolescencia aumentó la proporción de casos en un 50%. Hubo un agravamiento de casos, también, y aumentó un 57% la necesidad de tratamiento psiquiátrico", sentencia.

Fernandez, por otro lado, agrega que los más frecuentes son el trastorno de la conducta alimentaria no especificado, que implica dificultad para sostener hábitos alimentarios saludables, episodios de picoteo entre comidas, inadecuada selección de tipos de alimentos y porciones abundantes que dan lugar a malestar clínico significativo; y el trastorno por atracón, episodios de ingesta descontrolada y compulsiva de grandes cantidades de alimento en un corto periodo de tiempo. A estos le sigue la bulimia nerviosa, que incluye la presencia de atracones (en soledad, precedido por restricción, asociado a pérdida de control y sufrimiento) seguidos de conductas compensatorias. "En todos los casos la incidencia siempre es mayor en mujeres que en hombres", sostiene.

Respecto al desarrollo de los TCA, si bien es una combinación de factores, muchos son sociales y la Lic. Agustina Murcho (@nutricion.ag) destaca, por ejemplo, la demonización constante de alimentos, la mala información, el ver siempre cuerpos hegemónicos y la presión por ser muy delgado

Fernandez, por su parte, sostiene que las redes sociales "ponen en evidencia lo que queremos y no podemos ser", amplifican estereotipos inalcanzables y estilos de vida irrealizables promoviendo la delgadez y belleza como sinónimos de éxito, pudiendo funcionar como disparadores de síntomas de Trastornos de la Conducta Alimentaria. "El público que consume las redes, aun sabiendo que muchas publicaciones son escenografías armadas o fotos retocadas, en su afán por tener la vida o ser como ese influenciador al que sigue, puede incurrir en algunas conductas pocos saludables, entre ellas una alimentación restrictiva o compensatoria, con el objetivo de alcanzarlo".

Asimismo, la gordofobia, o como lo define Fernandez, "la humillación, maltrato, ridiculización y acoso hacia las personas que tienen una característica física determinada: la gordura", producto de una sociedad que tiene un concepto estereotipado de belleza, también aporta lo suyo. "En donde la delgadez es sinónimo de éxito y felicidad, el mensaje que se transmite es el de asco, repulsión y rechazo a la persona que tiene sobrepeso u obesidad", señala.

Siguiendo con la amplia lista de la información que recibimos constantemente en linea con la delgadez como objetivo, Ricciardi agrega como la publicidad y los diseñadores de moda en vez de ofrecer una imagen más plural de los jóvenes, en especial de las mujeres, muchas veces utilizan la extrema delgadez como símbolo de salud y belleza y no reciben sanción por ello.

Se suele asociar el peso a la salud, pero para Murcho va a depender de cada persona; y explica que una persona con obesidad tiene problemas de salud ya que por más que los estudios den bien hay factores que no salen en ellos. "El exceso de grasa corporal genera citoquinas proinflamatorias que generan enfermedades a largo plazo, hay una alteración del sistema inmune y eso no se ve en el laboratorio, por más que todo lo demás de bien". La delgadez extrema, por otro lado, tampoco es sana: los músculos empiezan a consumirse, los huesos también y genera debilidad.

"Ahora bien, la sociedad cree que el exceso de peso no es sano y la delgadez sí, cuando una persona puede ser delgada y no estar saludable, y hay personas con sobrepeso (no llegando a la obesidad por lo que mencioné de las citoquinas), que también pueden estar sanas. Hay muchísimos factores que influyen en lo sano o no sano. También hay personas con 'normopeso' que pueden no estar saludables. No hay que tomar al peso como único factor", sentencia.

Afortunadamente, existen tratamientos eficaces para la cura de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (que tanto las obras sociales como las prepagas deben cubrir) y se realizan de modo personalizado e interdisciplinario, con profesionales que van desde psicólogos y psiquiatras hasta médicos especialistas en nutrición, licenciados en nutrición y terapeutas de familia.

"Un paciente que tiene un TCA requiere ser alojado en un encuadre de tratamiento ordenado, con consignas claras y firmes, donde su palabra y la del equipo tratante sea valorada y respetada. Es fundamental que se sienta escuchado, en sus particularidades. También es necesario que la familia tenga un espacio para volcar el apoyo imprescindible para el proceso de cura", explica la Lic. Olga Ricciardi. "Se debe abordar el tratamiento desde la interdisciplina, ya que las causas son psíquicas el síntoma se manifiesta en lo alimentario, generando deterioro en el organismo. Cada uno de los especialistas deben atender de modo personalizado e individual al paciente y en la interdisciplina construir, entre todos, la dirección de la cura, es decir, la planificación necesaria para la eficacia del tratamiento que incluye lograrlo en el menor tiempo posible".

Sin embargo, advierte la Lic. Fernandez, los tratamientos son largos y difíciles, ya que un rasgo habitual de estos cuadros es la falta de conciencia de enfermedad por parte de la persona que lo padece. "Esto significa que la persona afectada tiene una incapacidad de identificar las consecuencias negativas de la enfermedad, ni de la necesidad de hacer tratamiento, ni tampoco los beneficios del mismo. Esta situación complejiza la adherencia al tratamiento en algunos casos. Es imprescindible el papel y el apoyo de la familia y el entorno".

Los mismos van a depender de qué tipo de trastorno se tenga, qué síntomas, cómo es el entorno, finaliza la nutricionista Murcho. "Muchas veces se negocia cuando son pacientes restrictivos, se evalúa mucho cómo es su alimentación en general. Es muy amplio y muy específico de cada uno. Ahora, cuando hay conductas peligrosas como vómito, ayunos, ejercicio excesivo, diuréticos, laxantes, dietas muy restrictivas, se trabaja primero en que eso desaparezca porque es lo que pone en riesgo la vida, después se irá armando un plan con todos los nutrientes necesarios, pero, a veces, hay que enfocarse más en que esas conductas vayan corriéndose".

    Ultimas Noticias