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Para combatir la obesidad, un enfoque respetuoso que no responsabilice al paciente de su patología

En el mes de la concientización para combatir la obesidad, desde Filo.news hablamos con dos especialistas en nutrición sobre las causas de esta enfermedad, la complicada relación de los pacientes con los servicios de salud, la cultura de las dietas y más.

Para combatir la obesidad, un enfoque respetuoso que no responsabilice al paciente de su patología

Octubre es el mes de la concientización para combatir la obesidad y el sobrepeso, y el objetivo es generar espacios de debate para brindar información. En este sentido, desde Filo.News nos pusimos en contacto con la Dra. Sánchez Calvin, médica especialista en obesidad, y la Lic. Araceli Vallone, nutricionista especialista en obesidad, para saber más sobre la que constituye una de las tres mayores enfermedades crónicas del mundo.

La obesidad es una enfermedad metabólica crónica inflamatoria caracterizada por un exceso de acumulación de tejido adiposo y con números que salen de la relación de peso / talla al cuadrado. El sobrepeso, en particular, es una clasificación que surge de esa fórmula: si ese valor arroja un resultado entre 25 y 29.9 se considera sobrepeso, por lo que se recomienda hacer una consulta nutricional para evaluar cada caso en particular.

En Argentina casi 7 de cada 10 personas tienen sobrepeso y obesidad y la cifra sigue en aumento. La pandemia, además, profundizó esta problemática a nivel mundial y nuestro país no es la excepción.

Vallone, Licenciada en Nutrición y egresada de la Fundación Barceló, explica que las causas son múltiples, entre las que se encuentran inadecuada alimentación, sedentarismo, estrés crónico que impacta en forma negativa a la hora de elegir qué vamos a comer, poco descanso y no saber gestionar emociones sin acudir a la comida.

En el caso de los niños, a su vez, el impacto es amplio. Si un niño es obeso la probabilidad de que sea obeso en la adultez es de un 25 % hasta los 6 años de edad y aumenta a 75 % si en la adolescencia hay presencia de obesidad. A esto se suma el estado de salud de los padres: en el caso de que uno de los progenitores sea obeso, el niño tiene un 40 % de probabilidad de serlo también, pero en el caso de que ambos padres sean obesos, el riesgo aumenta al 80%.

Sánchez Calvin, por su parte, agrega que las causas son muy complejas y dinámicas en un mismo paciente y en la sociedad. "Los hábitos y las conductas serían parte de estas causas. Y, muchas veces, estas causas no son propias sino que vienen del medio ambiente, nuestro acceso a servicios médicos y nuestra condición socioeconómica. La pandemia lo demostró cambiando nuestras rutinas, mostrándonos al mundo quieto en su casa cocinando, porque el alimentarse va más allá del sobrevivir o el no pasar hambre", dice.

La Dra., que combina la psicología con la nutrición para abarcar a las personas con sobrepeso u obesidad desde un todo (sus emociones, psicología, lo que le pasa en la vida, etc), sostiene además que es un problema de salud a nivel mundial porque muchas personas con pesos aumentados y cuerpos grandes tienen una relación complicada con los servicios de salud, "suelen encontrarse con violencia o indiferencia y terminan alejándose de controles necesarios y prevención de enfermedades". 

Y sobre esto enfatiza: "Recordemos que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, entonces podes tener un cuerpo con un porcentaje de grasa sano y no estar sano ni ser saludable y es ahí que se acrecienta el problema mundial de salud, porque no sólo se trata del peso. Entonces, cuando vemos a la población mundial y vemos el aumento de enfermedades, nos olvidamos de pensar que no sólo eso debemos tratar sino el camino que los condujo hasta ahí".

En cuanto al tratamiento, la especialista cree que debería ser un servicio independiente en los hospitales y trabajarse en equipo junto a psicólogos, licenciadas en nutrición, preparadores físicos y especialistas en psiconeuroinmunoendocrinologia del estrés; con un enfoque de alimentación intuitiva, sustentable, sostenida y respetuosa, sin responsabilizar al paciente de su patología y sin ser pesocentristas

En esta línea, para prevenir y controlar la obesidad, lo más importante sería desenmascarar la cultura de dietas que, según Sánchez Calvin, son las que más daño han hecho y más han aumentado de peso a la población y de enfermedades alimentarias, al hacer creer que "que la misión en la vida es estar flaco" y "vivir con hambre es normal".

"Si logramos que los objetivos reales públicos y políticos se enfoquen en el bienestar de salud integral de las personas vamos a lograr prevenir claramente las consecuencias", sostiene. "Darles herramientas a todos para que puedan reeducar su alimentación, movimiento, bienestar, descanso y calma sería la manera de devolverle el poder al cuerpo de decisión y conexión con el mismo. Si enseñamos a plantar se va a poder cosechar, si solo damos las semillas y prometemos frutas todo el año no lograremos nada".

Vallone, por otro lado, añade que es importante generar cambios en el estilo de vida que ayuden a bajar de peso ya que solo un descenso del 5 % del peso produce mejoras en la salud. Y destaca tres pilares fundamentales, tanto para la prevención como para mantener el descenso de peso a largo plazo:

  1. Lo ideal es prevenir desde edades tempranas enseñando a los niños a consumir todos lo grupos de alimentos: frutas, verduras, cereales integrales, carnes, lácteos, grasas de buena calidad y también aquellos alimentos mas indulgentes como las golosinas que pueden ser incluidas en porciones más pequeñas, pero no hay que restringirlas porque son placenteras al comer. 
  2. Actividad física: en forma diaria, caminando, bicicleta o cualquier actividad que guste practicar. Todo movimiento es válido y cada paso que damos nos mantiene alejados del sedentarismo.
  3. Aprender a manejar las emociones sin comida. Poder poner en palabras lo que nos sucede es fundamental para evitar el hambre emocional. A veces uno puede identificarlo, pero a veces no y buscar ayuda profesional para lograrlo sin dudas es un cambio muy positivo a la hora de tratar la obesidad.

María de los Ángeles Sanchez Calvin es médica especialista en nutrición, obesidad y diabetes. Su expertiz es la psiconutrición, el mindfuleating y la psiconeuroinmunoendocrinología. Combina la psicología con la nutrición para abarcar a las personas con sobrepeso u obesidad desde un todo (sus emociones, psicología, lo que le pasa en la vida, etc). Por eso también implementa herramientas del mindfuleating, que significa comer consciente prestando especial atención a las emociones al momento de nutrirnos. A su vez, es fundadora y directora de Siul Medicina.

Araceli Vallone es Licenciada en Nutrición, egresada de la Fundación Barceló. Cuenta, además, con una Diplomatura en Obesidad, temática en la cual se especializa. A su vez, obtuvo una Certificación del Método No Dieta y realizó el Curso de Conducta Ingestiva Humana, ambos en el Centro Dra. Katz. Para continuar formándose, hizo diversos cursos en Nutrinfo: Estrategias de Comunicación y Motivación para Nutricionistas, Entrevista Motivacional y Coaching aplicado a la Nutrición. Es docente en Appyce, en las materias Higiene y Nutrición. Actualmente, está cursando la Diplomatura en Acompañamiento de Pacientes Bariátricos en la Universidad Favaloro y el curso en Trastornos Alimentarios en la Sociedad Argentina de Nutrición.
 

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