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Cine y series

Un día como hoy fallecía Marlon Brando, el hombre más amado y odiado por igual

Creció con la idea de ser baterista de jazz o bailarín, pero una infancia de episodios violentos cambió sus planes. En esta nota hacemos un repaso por la tumultuosa vida del actor que deslumbró a todos. 

Un día como hoy fallecía Marlon Brando, el hombre más amado y odiado por igual

Mucho se dijo y se escribió acerca de Marlon Brando, este actor estadounidense que nació un 3 de abril de 1924. Sin dudas su historial e infancia en un seno violento marcó su personalidad.

La mayoría de sus compañeros quedaban deslumbrados por el impactante trabajo en sus interpretaciones, y otros tanto simplemente maldijeron el solo hecho de haberlo conocido. Amado y odiado por igual, recaen sobre el cientos de historias que fueron llevadas a diversas biografías, de quienes aseguran haberlo conocido como nadie.

Su primera aparición en el cine fue en 1950 en la película The Men, una historia sobre veteranos de guerra que terminaron con alguna discapacidad. Fiel a su método de analizar a los personajes que interpretaba para actuar en consonancia con ellos, Brando pasó un mes en un hospital militar para preparar su papel.

Un año después se pondría en la piel de Kwalski, en la película que le valdría su primer nominación al Oscar y un éxito descomunal "Un tranvía llamado deseo", de Tennessee Williams.

Luego seguirían los films, Viva Zapata, Julio César y On the Waterfront (La ley del silencio). Por esta última Brando ganó el Óscar de Hollywood y obtuvo por todas ellas una nominación al premio de la academia.

Los años venideros lo consagraron como el actor que influyó en la generación de Al Pacino, Jack Nicholson y Robert De Niro.

En 1978, cuando Warner le propuso encarnar al padre de 'Superman', él exigió el mayor sueldo que un actor hubiese exigido jamás: siete millones de dólares. La jugada le salió redonda, ya que apenas aparecía siete minutos en pantalla.

Y mientras cosechaba grandes y medianos papeles en la pantalla grande su vida personal era un festival de hombres y mujeres que vivían romances fugaces con él.

En la biografía James Dean: Tomorrow Never Comes, los autores Darwin Porter y Danforth Prince afirman que el protagonista de Rebelde sin causa mantuvo una relación sadomasoquista secreta en la que Brando encarnaba al amo y Dean, al esclavo.

En base a testimonios de periodistas y amigos del astro, los autores señalan que, contrariamente a lo que Brando relató en sus memorias (decía que él y Dean nunca fueron amigos), "ambos mantuvieron una relación de alto voltaje en la que se mezclaban los juegos sexuales y psicológicos".

La publicación cuenta que, tras conocerse en Nueva York en torno a 1949, "Dean se había enamorado de Brando" dentro de la dinámica de un amor no correspondido.

Marlon hablaba abiertamente y con naturalidad acerca de la relación entre personas del mismo sexo. "Como una gran cantidad de hombres, yo también tuve experiencias homosexuales y no estoy avergonzado", aseguró.

A comienzos de la década de 1970, la apariencia del actor cambió de una figura atlética a una persona con tendencia a la obesidad y aspecto ermitaño, algo decadente, casi irreconocible. Aun así logró realizar la asombrosa e insuperable interpretación como el jefe de la mafia, Vito Corleone, en el Padrino.

El director Francis Ford Coppola quedó impresionado por su caracterización como Corleone y tuvo que luchar por convencer a los productores para que aceptasen a Brando para este papel.

Por esa interpretación, el actor consiguió su segundo Óscar. En esta ocasión Brando rechazó el Óscar, la segunda vez en la historia de Hollywood que un actor hacía esto (la primera vez la había rechazado el actor George C. Scott).

En lugar de recoger el premio, el artista envió a la ceremonia a una actriz estadounidense de origen indio llamada Sacheen Littlefeather, que se manifestó en contra del tratamiento que recibía su pueblo en las películas de Hollywood y por los acontecimientos que ocurrían por aquel entonces en Wounded Knee.

En los últimos años, se quedó en la ruina tras pagar la defensa legal de Christian, su hijo. El joven había sido acusado de asesinar al novio de su hermanastra. El episodio marcó profundamente a su entorno familiar: Christian fue obligado a cumplir seis años de prisión y su hija Cheyenne se suicidó cinco años más tarde.

Brando se vio obligado a vivir con una escueta pensión como actor. Además, abandonó su mansión en Mulholland Drive, para terminar viviendo casi en la indigencia.

Nadie entiende que, dadas esas estrecheces económicas al final de sus días, no vendiese la isla que poseía: Tetiaroa, un atolón situado en la Polinesia Francesa, del cual se enamoró en 1962, mientras rodaba 'Rebelión a bordo'.

El lugar tuvo algo de mágico para él, ya que también fue allí donde se enamoró de Tarita, una joven tahitiana que se convertiría en su tercera esposa.

Dicha isla había pertenecido a la familia real de Tahití y acabó en manos de la estrella en 1966, cuando consiguió un contrato de arrendamiento de 99 años. Siendo el refugio del actor cada vez quería huir de Hollywood.

Tras su fallecimiento, la propiedad pasó a manos de su hijo Teihotu y años después, se convirtió en un resort con 35 villas de lujo que adornan la costa de Motu Onetahi.

En el libro The Contender (2019), William J. Mann señala sobre el actor: "Era disléxico, robaba, mentía, tocaba la batería muy fuerte y era expulsado y abandonado por la experiencia vivida con sus padres".

"Si una mentira le es válida, Marlon no dirá la verdad. La verdad lo aburría. Le parecía sosa en comparación con una buena mentira, una improvisación y una rabieta a tiempo", indica el escritor en base a algunos testimonios.

Marlon Brando, falleció un 1° de julio de 2004 en Los Ángeles, a los 80 años, a consecuencia de una fibrosis pulmonar. Y a pesar de su controversial manera de vivir y desenfado, fue uno de los actores que más influyó en la forma de interpretar y encarnar todo tipo de papeles. Dejando un legado para la generaciones venideras. 

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