Estas tortillas me las enseñó mi amiga Anu una vez que me hizo el desayuno y me volví adicta. Son muy fáciles de hacer a ojo, las cantidades son estimativas, pero atención: lo más importante es que haya más harina de arroz que de mandioca. Acá las voy a hacer con cúrcuma para darle color amarillo, similar al de las tortillas de maíz mexicanas, pero por favor, dejá tu creatividad volar: podés ponerle cualquier especia o semilla (con sésamo quedan de-lish).
INGREDIENTES (para 10 tortillas de 20 cm diámetro aprox)
- 100gr de harina de mandioca
- 200gr de harina de arroz
- 1 cdta de cúrcuma
- 70ml de aceite de oliva o girasol
- 360ml de agua
- Pizca de sal (a gusto)
1. Mezclar los secos y agregar parte del aceite de a poco, para formar una mezcla arenada. Añadir primero la mitad del agua y batir con tenedor hasta incorporar sin grumos. Sumar el resto del agua. Tiene que quedar una consistencia un poco más fluida que la masa de un panqueque, parecida a esa mezcla que hacíamos cuando éramos chicos de maizena y agua.
2. Poner una sartén al fuego (recomiendo de 18 cm o 20 cm de diámetro, porque va a ser más fácil de manipular) y esperar hasta que esté bien caliente. TIP: como la mezcla ya tiene aceite, no hace falta ponerle a la sartén.
3. Volver a mezclar la base de mandioca y volcar suficiente cantidad de mezcla como para que cubra toda la sartén y, con ayuda de una cuchara, esparcirla hacia los bordes.
4. Dejar cocinar de un lado por 5 minutos y después del otro por otros 5 minutos y ¡listo! Sacar de la sartén, poner en un plato y repetir con el resto de la masa.
ATENCIÓN: a estas tortillas les quedan ricos los puntitos quemados, tipo esos que tienen las empanadas al horno de barro. Les dan un gusto ahumado y un poquito de amargor necesario, así que no tengas miedo de cocinarla más tiempo, está bueno.