Otra trágica muerte golpe al mundo del fútbol y esta vez se vivió basante de cerca. En Uruguay, se jugaba la fecha de la categoría previa a primera entre Boston River y Cerro, cuando Agustín Martínez, que había salido pocos minutos antes por un dolor en la rodilla, se desplomó y terminó falleciendo en el hospital.

La historia del joven no es muy distinta a la de muchos que tienen que pelearla para sumplir su sueño de jugar al fútbol. Tras jugar en la liga regional, en Canelones del Este, fue a probar suerte a la capital de Uruguay con tres amigos más y se quedó en la casa de un tío donde tuvieron suerte todos ellos y quedaron en Boston River.

A partir de allí, comenzó a viajar todos los días 95 kilómetros de ida y el mismo tramo de vuelta a Fray Marcos por un auto que el club le ponía, para que vaya a entrenarse todos los días con la quinta división. Todo eso para cumplir el sueño que según su mamá era jugar en la primera de un equipo de Montevideo.

En estos días, el camino empezaba a sonreirle. Con su altura de casi 1,90 y un buen trabajo en inferiores, el técnico de la tercera tuvo que armar de urgencia un equipo y llamó a algunos jugadores de la primera que están fuera de la consideración, tres de la cuarta y a Martínez, de 17 años, el único de quinta

El partido con Cerro fue anecdótico luego de la tragedia. Agustín salió de la cancha, empezó a convulsionar y en el hospital le decretaron la muerte cerebral. Como todo fallecimineto, fue muy duro para todos en el club e incluso para el equipo de primera que, camino al entrenamiento, decidió cambiar el rumbo hacia el sanatorio.

No faltó ningún pedido especial de los clubes para que la Asociación Uruguaya de Fútbol decidiera suspender toda la fecha, y lo mismo pasó en los torneos organzados por la OFI (Organización del Fútbol del Interior) para darle luto al joven soñador que no pudo cumplir su gran objetivo en la vida.