La suceción de escenas que Javier Conte está vivenciando desde que pisó suelo argentino el pasado viernes 13 de marzo, son dignas de una ficción. De esas de supervivencia o en las que los protagonistas, sin quererlo, quedan envueltos en una insólita aventura. En definitiva, de una película como la que pareciera que el mundo entero está viviendo por estos tiempos, aunque todo se trate de la mismísima realidad.

El medallista en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 junto a Juan de la Fuente (clase 470) estaba en Palma de Mallorca entrenando de cara a la primera regata del Mundial de la clase 470 de yachting (programada para el 16 de marzo), cuando la historia en España empezó a ponerse cada vez más fea, con cifras de víctimas fatales e infectados por la pandemia de coronavirus (Covid-19) que no paraban, y no paran, de crecer.

En esas horas eternas de vuelta, la primera escala fue Madrid, la segunda Frankfurt y la tercera, por fin, Buenos Aires. Después de entregar su declaración jurada asentando que no tenía síntomas y pasar por las cámaras que miden la temperatura, un auto estacionado con las llaves adentro lo estaba esperando en el aeropuerto de Ezeiza. La primera parte del plan, que encabezó su mujer y un amigo con el traslado del vehículo, estaba cumplida.

La secuencia continuó con el campeón mundial de Lightning manejando hasta la puerta de su casa en Pilar. Pero no entró a la de siempre, a la que siguen habitando su esposa y sus hijos, si no a esa casa rodante de su papá, estacionada en la vereda, que desde hace cinco días y por los próximo diez será su nuevo hogar.

"La casa rodante tiene todo: baño, ducha, heladera, cocina. Fueron al super, me compraron comida y me cocino yo. Cuando llegué, saludé a todos de lejos. De hecho, como yo estoy adentro, de repente vienen y me saludan de lejos. Hablamos mucho por whatsapp", le contó a Filo.News desde su casa rodante. A partir de que se desató esta situación, siempre tuvo en claro una cuestión: si bien no tiene síntomas, debe y quiere evitar el contacto con gente. Por eso, hasta descartó alquilar un departamento.

A pesar de convivir a la distancia y levantarse la mano a través de la ventana, él y su familia intentan mantener una vida lo más normal posible. Mientras sus hijos continúan el colegio gracias a las aulas digitales, Conte intenta hacer lo propio con su entrenamiento, el punto que más afecta a los deportistas. "Adentro de la casa rodante hago una rutina física con mancuernas y bandas elásticas. Además analizo videos propios de mi deporte, cosas tácticas y veo planificaciones a ver cómo puede llegar a modificarse todo", contó.

"Yo no tengo síntomas pero estoy tomando las precauciones necesarias para preservar al resto"

"Al principio no se hablaba mucho. Se sabía que había algunos casos en Madrid y en Barcelona, pero cuando empezó a repuntar exponencialmente la cantidad de casos, comenzaron a tomar medidas muy aceleradas como restringir los eventos deportivos de más de mil personas, los transportes públicos, los bares. Los super empezaron a tener desabastecimiento. No fue paulatino, fueron medidas de un día al otro. Nosotros estábamos entrenando normalmente para el campeonato y al día siguiente empezaron a decir que iban a cerrar las fronteras, que iban a decretar la cuarentena obligatoria y había que irse", recordó sobre los días que él y su equipo vivieron en el Viejo Continente antes de volver.

Con la experiencia de vivir en carne propia lo que sucede en el epicentro de la pandemia y ante las medidas que el Gobierno nacional anunció para tratar de evitar la propagación en el país, Conte elige apoyarse en el optimismo. "Creo que las medidas que se están tomando están bien. Por suerte, Argentina está tomando las medidas que tomó Europa pero un mes antes de tener la pandemia instalada", opinó.

Cómo seguir entrenándose con Tokio 2020 en el horizonte

La incertidumbre que el deporte mundial está atravesando es grande. Encima, bajo la presión de una carrera contrarreloj que tiene como meta a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el objetivo máximo de muchos, para los que restan menos de 130 días.

Conte mantiene contacto con sus colegas por el mundo y analiza individualmente y junto su equipo posibles estrategias a seguir, ante un panorama que invita a pensar que las federaciones no podrán reprogramar sus eventos, en principio, hasta el 1° de abril.

En relación al último comunicado que publicó el Comité Olímpico Internacional (COI), que ratifica la fecha de los Juegos, el regatista manifestó que: "La situacion compleja. El COI tiene que tener esta decisión de seguir por ahora. Hay muchos intereses en el medio. El objetivo del COI, de las federaciones internacionales y nacionales y todas las instiuciones deportivas, es resguardar la salud de sus atletas y entrenadores. Están monitoreando toda la situación. Si el COI y la organización logran tener la certeza de que todos los involucrados en un Juego Olímpico no van a sufrir ninguna consecuencia de salud o de contagio por esta pandemia, no hay ninguna razón por la que se puedan suspender".