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Hablamos con Francisca Valenzuela: el arte como salida colectiva y feminista

La artista chilena cierra el año con muchos motivos para festejar, de cara a una nueva etapa de su vida y con el mismo espíritu revolucionario de siempre. En diálogo con Filo.news contó el detrás de escena de su último lanzamiento, su historia, su trabajo en Ruidosa y más.

Hablamos con Francisca Valenzuela: el arte como salida colectiva y feminista
(PH: Rosario Oddó)

Un mural de cuadros decoran su pared y el fondo de la videollamada por Zoom con Filo.news. Francisca Valenzuela nos abre las puertas de su casa en Los Ángeles, y cuenta que la mayoría de obras las pintó ella -que las define humildemente como “dibujos y tonteras”-, aunque también tiene varios que compró en la feria y que le regalaron sus amigas. Desde el primer vistazo se ve que cada pintura es diferente, con diversidad de colores y tamaños, pero siempre con figuras femeninas como protagonistas y empoderadas; esa imagen la define más que lo que podemos resumir en una nota. Pero acá lo vamos a intentar.

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“Soy como media gringa también”, dice Francisca entre risas, dado que vivió hasta los 12 años en San Francisco, California, con sus cuatro hermanos hombres y sus padres, ambos científicos. Ella fue la primera artista de la familia, con un acercamiento muy “natural e individual” a la música pero inevitable, al crecer escuchando artistas como The Beatles, Gipsy Kings, Gloria Estefan o Violeta Parra.

Foto: Gentileza prensa | PH: Myles Pettengill

“Creo que mi interés por la música y el arte fue super notorio y estuvo muy activo desde muy chiquita… tengo recuerdos de estar pintando, cantando, inventando canciones, bailando, convocando a la familia para mirarme a hacer algo. Para una Navidad yo tenía siete años, me regalaron un cuaderno, una croquera me acuerdo, y siempre la tuve conmigo. Miraba los álbumes de mi mamá, me sentaba y los escuchaba”, recuerda.

Fue alrededor de los 11, 12 años cuando empezó un “camino más claro musical”, donde aprendió a tocar instrumentos como piano, guitarra y a darle forma a un “lenguaje más claro”. No fue casualidad: a esa edad fue cuando llegó a Chile, donde empezó a construir su identidad como artista de la manera más integral posible y muy latinoamericana. De todas formas, al principio no se trataba tanto de la música: su pasión era tomar lápiz y papel y sentarse a escribir. 

“La poesía siempre ha sido un lugar donde me he sentido súper conectada, y por eso también las canciones son tan verborrágicas yo creo. Fue un punto de partida. A lo largo del tiempo se me ocurrió que podía escribir canciones, y de hecho soñaba con ser pianista de jazz. Pero en un principio lo veía súper fragmentado”, confiesa y sigue: “Te digo con toda honestidad, yo creo que recién ahora siento que mi voz es decente. Una parte de mi lucha artística ha sido como sentirme artista o cantante. Sin dudas mi vínculo con las canciones surgió más de la parte lírica que la parte musical”. 

Entre sus obras se encuentra la “Defenseless Waters” (2000), que fue destacado por la mismísima Isabel Allende. Además formó parte del disco del grupo Kalfu, que musicaliza poemas de Elicura Chihuailaf. Aunque hoy confiesa que ya no escribe como antes pero le gustaría retomar, sus canciones reflejan otro denominador común aparte de la poesía: su activismo feminista. 

Su relación con el movimiento empezó mucho antes de conocer esa palabra: “Vengo de una familia muy feminista, mi mamá es una ávida feminista, muy activa, desde los 70’, y yo creo que esos valores los transmitió a todos sus hijos. Por otra parte siento que gran parte de los artistas, escritoras y músicas que me gustaban eran muchas mujeres, y eran mujeres con las que yo me identificaba, que tenían voces muy feministas, ya sea Alanis Morissettel, Joni Mitchell, Shakira, Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik. El tema de la confesión, la crudeza, la fuerza femenina siempre me atrajo. Todo eso me fue formando y después de grande, mucho más grande, pude ponerle nombre”.

Foto: Gentileza prensa | PH: Myles Pettengill

Esto es notorio al escuchar cualquiera de sus discos, “Muérdete la lengua” (2007), “Buen soldado” (2011), “Tajo abierto” (2014) o “La fortaleza” (2020): podemos notar que Francisca le canta al empoderamiento y deseo, superación y amor propio. También ese mensaje se resalta visualmente: en la portada de su último disco hay un “racimo de mujeres que están todas juntas, y tiene que ver con una fortaleza colectiva”, como define.

“Yo creo que feminismo aparte de educarme e invitarme a aportar a una sociedad más equitativa, en el plano personal me ha invitado a quererme más a mi misma, a aceptarme como soy, a vincularme con otras de manera más sincera, genuina, curiosa y generosa. Cuando escribía canciones como ‘Esta soy yo’, o ‘Mujer modelo’, o ‘Peces’ incluso, donde yo revelo como ciertas partes de la verdad más cruda que una tiene, veía una repercusión social: ‘ah porque reniegas tanto, ay porque eres enojona’... y eso también tiene que ver, como lo personal es político, visibilizar distintas partes de la identidad de mujeres que no son tan comunes o tan aceptadas como arquetipos sociales”, reflexiona.

Francisca revoluciona no sólo en sus letras sino también en la forma de posicionarse a la hora de contar una historia en una canción. Para eso rompe estereotipos con el lenguaje, y también juega una fantasía donde parte de diferentes roles de género asumidos naturalmente en la sociedad, los ironiza e invita al oyente a hacerse los mismos cuestionamientos. Esto lo vemos en ‘Héroe’, por ejemplo, donde se muestra con el sable en la mano y al frente de una tropa lista para la batalla.

“Era plasmar icónicamente esta idea de ¿quién es el héroe? ¿cómo son? y también el video por eso elegí poner a los chiques en falda, y hacer algo como que fuera desafiante a la norma", analiza y sigue: “La canción ‘Soldado’ por ejemplo es una crítica a la idea del macho, y canto como si fuera hombre. En ‘Crónica’ hago lo mismo. Es un recurso narrativo literario que me gusta jugar, construir mundos y generar fantasía”. 

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Francisca es una persona que inspira. Hablar con ella, leerla, escucharla, chequear sus redes, 24/7 lucha por visibilizar la importancia de la igualdad de género en la escena musical arriba y abajo del escenario. Con ese deseo en 2016 nació 'Ruidosa', el primer festival interdisciplinario feminista latino que tuvo lugar en Santiago de Chile, y que con el paso del tiempo que devino en una plataforma digital que celebra a mujeres en la escena artística.

“Ruidosa surgió porque me parece que representa por una parte esta idea del ruido que hacemos las mujeres cuando alzamos la voz, o cualquier disidencia, que históricamente no solamente ha sido oprimido sino que molesta, irrita, es como ‘no seas tan histérica, callate, calmate’ -dice Francisca y continúa- Además tenía que ver con la idea del festival de alzar la voz, de participar, y con el hecho de que en español las palabras son con género también, por eso elegimos ‘ruidosa’ y no ‘ruido’, o ‘ruidosos’… que quede en claro que van a haber mujeres y disidencias con micrófono”. 

Según recuerda, todo comenzó con organizar una movida con los contactos que tenía en el celular. Hoy es una “comunidad transfeminista, latinoamericana, interdisciplinaria, intergeneracional” que además de festivales realiza talleres, paneles de conversación, y también estudios; de hecho su investigación sobre la representación y participación de mujeres y disidencias en el mundo de la música latinoamericana fue la base para la lucha y aprobación de la Ley de Cupo en Argentina. 

Tras el análisis de 3.000 artistas y bandas, en la investigación pusieron sobre la mesa una realidad: la participación de mujeres (solistas y bandas de mujeres) no superaba el 10% de los números artísticos en cada uno de los tres años analizados: 9,1% en 2016, 10% en 2017 y 10,1% en 2018. 

“Tenía este sueño de crear este espacio donde yo pueda unir mi interés por la música con el feminismo. Primero porque hay un problema sistémico en la industria, y segundo porque sentía como artista mucha soledad y desinformación. Queremos construir realmente un cambio en la industria musical, mayor participación, visibilización, igualdad de condiciones, participación, sororidad, información… No hay una sola manera de ser mujer, no hay una sola manera de ser exitosa, es importante ver una diversidad de mujeres haciendo diversidad de cosas”, reflexiona.

La ley, aprobada hace dos años atrás, propone un cupo femenino de al menos 30% en festivales musicales. “Nunca se me hubiera ocurrido que se podía hacer una ley con nuestro estudio; en Chile todos reaccionaron como ‘ah mira, que terrible las estadísticas’, y las compañeras de Argentina dijeron ‘vamos a hacer una ley para lanzar el cupo’”, dice sorprendida, y admite que se siente “inspirada y movilizada” por la “avanzada conversación, gestión y discusión feminista y transfeminista” que se da en nuestro país.

“Soy súper amiga de varias colegas allí, he hecho cosas con Barbi Recanati, tenemos muy buena onda, soy super fan de Marilina Bertoldi, de Eruca Sativa”, dice. De hecho, en 2019 Valenzuela protagonizó un conversatorio con la vocalista de Garbage, Shirley Manson, en un encuentro que tuvo el apoyo de British Council y Goza Records. “También me encantan María Becerra, Chita, Cazzu, Silvina Moreno, Mariana Paraguay… siento que la escena artística y feminista argentina tiene un gran impacto y es referente en Latinoamérica, movilizan y activan de una manera impactante”, sigue. 

Esa investigación que te contamos llevó el nombre de la gran Mercedes Sosa; defensora de los derechos de las mujeres, hasta hoy la “Negra” es símbolo y guía para las jóvenes cantantes en nuestro país y no solo en el folklore. Aunque la descubrió de grande y por su propia cuenta, Francisca recuerda claramente lo que sintió al escucharla por primera vez. 

“Me acuerdo que ella era mayor y me impresionó la longevidad de la carrera. Googleé sus primeros álbumes, su historia, y eso es de alto impacto, ya sea con ella, con Violeta Parra, Cecilia Pantoja, ver referentes tan potentes con voces y capacidad artística tan tremenda, que fueron pioneras y abrieron espacios... Me parece súper importante tenerlas presentes y que tengan ese espacio que merecen, porque históricamente hay una invisibilización de las mujeres que han sido referentes, especialmente sin son mayores. Y me encanta que una las pueda homenajear no solo con la música sino con acciones. En Latinoamérica hay una tradición de cantautores y músicas y de arte que tiene que ver con la crítica social, con nuestra identidad”.

Para Francisca, la actualidad de su país y la realidad social y política no son temas para esquivar. Por el contrario, en ‘Los poderosos’ canta ‘Los poderosos mienten, hacen lo conveniente, sonríen y asienten para no asustarnos con la verdad, para no quedar mal’; o ‘Crónica’ con ‘Yo busco aquí y no encuentro fe, trabajo y no descanso, aunque trate no avanzo, aunque busque no encuentro en ello’; o ‘Salvador’ con ‘Haré revolución, yo seré el primero, todos me seguirán’.

“Viví mi infancia en Estados Unidos, y cuando llegué a Chile me encontré con eso en la música que me empezó a gustar, lo vi en Sui Generis, en Silvio Rodríguez, Violeta Parra, canciones tan hermosas, tan emocionantes y a la vez que fueran vehículos de comunicación de historia puntuales, sociales, o de la realidad de nuestros países, eso me voló la cabeza. Empezó a formar mi música sin darme cuenta”, confiesa.

Según nos adelanta, en su próximo disco habrá una canción dedicada al estallido social que se vivió en Chile durante 2019, un hecho histórico que resaltó las demandas políticas y sociales legítimas en áreas como educación, pensión, salud entre otras. Es que hablar de lo que (la) moviliza forma parte de su ADN; como dice en su canción ‘La fortaleza’: ‘Con mi pluma y mi poema cruzaré la cordillera’.

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Sabemos que la idea de crear nuevos universos con el arte como herramienta no es algo nuevo para Francisca. Y qué mejor que hacerlo en tiempos donde todo se vuelve oscuro, donde una pandemia nos toma por sorpresa y nos obliga a encerrarnos en nosotres mismes y nuestros pensamientos. ¿Qué encontramos? ¿cómo salimos? ¿qué queda cuando pasa la tormenta?

Francisca se hizo esas preguntas en la trilogía “Castillo de Cristal”, donde refiere a la “fragilidad que tienen nuestras vidas y relaciones”; seguida de “Último Baile”, donde apuesta a “aprovechar cada minuto como si fuera el último”; para finalmente cerrar con “Salú” donde invita a “celebrar y agradecer lo vivido, brindar por quienes somos y la vida, con sus alegrías y sus heridas”.

“Es crear un mundo un poco de escape de lo que está pasando, son canciones netamente endémicas y un poco apocalípticas, en el sentido de que hablan de que se cae todo a pedazos y de que se está acabando el mundo, pero de que a pesar de eso una tiene que pasarla bien, o juntarse o agradecer, o disfrutar, y no perder el sentido del humor. Es un poco como una técnica escapista también, construir algo paralelo”, afirma.

Francisca es multifacética: no solo es productora, cantante, compositora, escritora -e incluso estudió periodismo y debutó en la industria de la moda y diseño-, sino también dirigió varios de sus videos. Comenzó con ‘Tómame’ y ‘Ya no se trata de ti’ de su disco anterior, y este año estuvo al frente de su poderosa trilogía.

“Me puse a googlear cómo dirigir, así literal. Me lancé y me gustó mucho, no solamente la experiencia de dirigir, me gustó mucho también imaginarme algo, verlo hecho realidad y ver como esta canción pasó a ser un video. Fue muy importante para mí sentir que yo podía plasmar mi punto de vista y mi visión artística no solamente desde la música, sino de otras cosas. Fui a México y grabamos los tres de corrido, tuve un equipo increíble que me ayudó a hacer todo esto, lo pasamos super bien. Fue una fiesta”, dice.

Los tres temas formarán parte de su próximo material discográfico, con fecha de estreno para 2022. A diferencia de los anteriores, según entiende, es que vive el renacimiento luego de tiempos de apocalipsis pero con mensajes de esperanza y optimismo. 

“Hay una dualidad de que puede estar cayéndose el mundo o la vida de una por dentro, pero igual hay una cosa agridulce, de la vida que duele y daña pero la vida que es bonita también. Hay como una añoranza de unirnos, ahora que te cuento eso pienso que es duro pero es esperanzador. Las primeras tres canciones son las más extrovertidas, creo que después viene la parte más introvertida del álbum, son un poco más íntimas y confesionales”, adelanta.

Hace algunos días los presentó por primera vez en vivo, en lo que representa su vuelta a los escenarios más de un año después de lo que fue su último show en el Festival de Viña del Mar en 2020. Esta vez se presentó en Parque Estéreo con un show sold out, acompañada de los hermanos Abel y Camilo Zicavo de la Moral Distraída.

“Fue muy emocionante, toqué casi dos horas, casi 4 mil personas, un viaje, tuve muchos invitados de artistas emergentes increíbles, grandes amigos. Pude interpretar canciones que nunca había tocado en vivo, fue increíble estar con todo el mundo en un espacio físico, viviendo un concierto que no lo había hecho hace mucho tiempo. Me bajé del escenario y estábamos todos llorando, estábamos todos tan conmovidos”, recuerda.

Este es solo el principio de conciertos confirmados para el año que viene para Chile y México, y “ojalá Argentina”: “Estoy muy activa, creativamente, y dándole para adelante con todo lo que es los conciertos, las giras y varios proyectos desde Ruidosa”. Ese fue siempre su objetivo: dejar en claro que las mujeres llegamos para alzar la voz y hacer ruido.

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“Siempre es difícil así ir para atrás y resumir”, dice entre risas al momento de hablar de su vida. Lo cierto es que Francisca cierra un año que también la coronó como la artista “Equal” del mes en Chile, una iniciativa de Spotify sobre la equidad de las mujeres en la música, que la llevó nada más ni nada menos que a Times Square.

“¿Por qué brindo hoy? por muchas cosas, el estar viva, con salud, con la posibilidad de estar dedicándome a lo que apasiona y transmitiendo mi historia con mi arte. Son tantas cosas en verdad que creo que hay que tratar de mantener en perspectiva de la vida para vivir y estar conectada y agradecida”, finaliza.

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