Todo (o casi todo) lo que nosotros consideramos basura se puede aprovechar como recurso: cáscara de banana, paquete de galletitas, latas de cerveza, rollo de papel higiénico y la lista puede seguir… Pero antes de seguir con la explicación sobre cómo analizar nuestra basura te pregunto: ¿Podés evitar algunos residuos? ¿estás seguro que no podés reutilizar eso antes de sacarlo de tu casa?
Si bien reciclar es mil veces mejor que mezclar la basura, es una solución a medias. Antes de reciclar se recomienda reducir el consumo y reutilizar al máximo los recursos. Cuando eso ya no es una opción, ahí si aparece el reciclaje que le da una nueva oportunidad a los productos que nosotros ya no podemos aprovechar en casa.
Agustina Besada es profesional de la sustentabilidad especializada en economía circular y gestión de recursos, con foco en ciclo de vida de los materiales. Cruzó el Océano Atlántico en un velero, dos veces, para ver la realidad de los plásticos en los océanos y estudiar soluciones internacionales. Se sumó a la comunidad de exploradores de National Geographic y co-fundó Unplastify, una empresa social que tiene como misión cambiar nuestra relación con el plástico. También trabajó como directora de un centro de reciclaje y cultura sustentable en Brooklyn, Estados Unidos.
"Durante los últimos 8 años, he trabajando en la revalorización de los descartes materiales y en sistemas de recuperación que maximicen el impacto social, ambiental y económico", cuenta en su biografía y nos compartió su experiencia con el reciclaje.
"El reciclaje es muy importante y hacerlo en origen es sencillo, pero no alcanza. Es mucho mejor y más fácil evitar la generación de residuos, sobre todo reemplazar los plásticos de un solo uso. Eso es lo más eficiente", sostiene Besada remarcando la importancia de las 3 R: reducir, reutilizar y, por último, reciclar.
El reciclaje demanda de otros recursos para completar su ciclo: consumimos, lo llevamos a un punto de reciclaje, se traslada a una planta, se almacena y se trata hasta que tenemos un nuevo producto. En ese proceso intervienen traslados, espacios de almacenamiento pero también es una gran oportunidad de trabajo para muchas personas y hay un gran ahorro de recursos en comparación a cualquier otro proceso de producción.
Cuando reciclamos estamos reduciendo la cantidad de basura que irá a un incinerador, a rellenos sanitarios o, peor todavía, que terminará en bosques y océanos. Pero además de todos esos beneficios, la fabricación a partir de materiales reciclados implica un ahorro energético de entre el 75% y el 95%, dependiendo del material, se reduce la cantidad de materia prima que necesitamos (y el gasto que implica su producción) y se registra un ahorro de recursos necesarios en la producción como electricidad y agua.
Como resultado del reciclaje, bajan las emisiones de gases de efecto invernadero y mejora la calidad del aire. ¿Te das cuenta la cantidad de beneficios que obtenemos por separar nuestros residuos? Pero, ¿cómo se hace?, ¿quién se encarga?, ¿en qué condiciones tienen que estar los materiales?
Averiguá cómo funciona en tu ciudad el sistema de recolección de residuos o buscá alguna cooperativa que trabaje con reciclables (hay en todos lados). Preguntá con qué materiales trabajan y empezá a separarlos: plásticos, latas, envases de vidrio, papel y cartón. Es importante que los materiales estén vacíos, limpios y secos. De esta manera evitamos que se formen hongos, se llene de bichos y que los materiales tengan que ser descartados del proceso de reciclaje.
Los residuos especiales como baterías, aparatos electrónicos o aceite usado también se pueden llevar a algunos puntos de reciclaje pero preguntá antes de llevarlo. Es importante que estos desechos no los tires a la basura común porque son altamente contaminantes.
En cuestiones de reciclaje, Argentina se ubica en el medio en comparación a otros países: "Hay países más avanzados, donde hay cultura de menor consumo, y hay lugares que están mucho peor. En nuestro país hay más conciencia colectiva. Si tomamos a la Ciudad de Buenos Aires como referencia podemos ver que hay una buena política de sustentabilidad y que va creciendo de a poco. Hay que familiarizarse con el municipio donde vivimos y ver cómo trabajan el reciclaje", sostiene Besada.
"Hay que tener en cuenta que en países de Europa, por ejemplo, hay leyes de responsabilidad extendida al productor: hacen que los productores se hagan responsables económicamente de recuperar y reciclar sus residuos, lo que hace el proceso más eficiente. Dentro de Latinoamérica, Argentina está bien encaminada y gran parte de este esfuerzo es de las cooperativas", explica la experta en economía circular y gestión de recursos.
"Cada uno tiene un rol que cumplir y aportar para que los residuos no contaminen", considera la co-fundadora de Unplastify y resalta la importancia de la educación sobre estos temas: "Para generar cambios culturales grandes siempre se requiere de educación. No todos reciclan ni son conscientes de los residuos que generan y a muchos no les interesa. Por eso es fundamental tomar conciencia de la importancia de nuestros actos, saber cómo evitar los residuos y cómo reciclar los que generamos".
Un dato para destacar de la pandemia y de haber estado en nuestras casas más tiempo es que pudimos ver la cantidad de basura que generamos: "Un montón de gente me contó que a partir de la pandemia tomó noción de la cantidad de desechos que genera. Antes no lo notaban porque tiraban cosas en el trabajo, en la calle, en la facultad y ahora todo se acumuló en sus hogares", contó Besada.
Al consultarle a la experta en sustentabilidad sobre fuentes de información, nos recomendó "no abrumarnos": "Hay que tratar de buscar fuentes que nos den confianza como alguna organización que trabaje en temas de residuos, un influencer que nos guste y que lo haga de manera seria y responsable, la plataforma de notas de National Geographic", mencionó como algunos ejemplos. Lo importante es aprender a ser más responsable y consciente de que todo lo que consumimos, que lo que hacemos tiene un impacto en el planeta y reducir esa huella es posible si nos informamos, pero sin agobiarnos.
Informate, involucrate y actuá. Tenemos que ser más responsables con nuestra forma de consumir y nuestra forma de tratar nuestros desechos. Una vez que lo incorporás a tu rutina lo vas a hacer de forma automática y, poco a poco, podés ir adoptando nuevos hábitos sustentables. ¡Empezá hoy a reciclar!