El presidente Javier Milei arribó a Río de Janeiro para participar de la cumbre de líderes del G-20 y se saludó con su par de Brasil Lula da Silva, en medio de la tensión bilateral por las diferencias ideológicas entre ambos mandatarios.

Acompañado por su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el mandatario fue recibido por Lula y su esposa Rosángela "Janja" da Silva. El libertario fue uno de los últimos en arribar al centro de convenciones. El apretón de manos con Lula fue formal.

Minutos antes, Lula había recibido al presidente saliente de los Estados Unidos, Joe Biden, con quien mantuvo un contacto mucho más cercano que con el libertario.

Estos gestos expusieron la tensión que domina el vínculo entre Milei y Lula. Desde el inicio de su mandato, el libertario buscó contrastar con su par brasileño, al que llegó a llamar "corrupto y comunista".

Hace algunos meses, cuando le preguntaron si había hablado con Milei, Lula respondió: “No he hablado con el Presidente de Argentina porque creo que [antes] tiene que disculparse con Brasil y conmigo, ha dicho muchas tonterías, solo quiero que se disculpe".

Lejos de bajar el tono, Milei ratificó sus dichos: "Las cosas que dije son ciertas. ¿Cuáles son los problemas? ¿Que le dije corrupto? ¿Acaso no fue preso por corrupto? ¿Que le dije comunista? ¿Acaso no lo es? ¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad?".

En varias oportunidades, Milei ha criticado a Lula por su inclinación hacia el ex candidato a presidente Sergio Massa durante el balotaje del año pasado, que consagró presidente al líder de La Libertad Avanza.

Apalancado en los últimos datos de inflación y actividad económica, Milei volcó su atención en la agenda internacional. Viene de Estados Unidos, donde se encontró con el presidente electo Donald Trump, y el fin de semana se reunió con Emmanuel Macron en Buenos Aires. En Río, tiene prevista una bilateral con su par chino, Xi Jinping, y a su regreso se reunirá con la premier italiana, Giorgia Meloni.