Más de un millon de personas evacuadas en Filipinas tras un nuevo desastre climático
La oficina meteorológica estatal confirmó que el tifón de categoría 5 alcanzó la municipalidad de Dinalungan, apenas días después del tifón Kalmaegi.
Filipinas enfrenta una nueva crisis climática, más de un millón de personas fueron evacuadas y al menos una persona murió por las inundaciones previas a la llegada del supertifón Fung-wong, que comenzó a tocar tierra este domingo en la costa este del país.
La oficina meteorológica estatal confirmó que el tifón de categoría 5 alcanzó la municipalidad de Dinalungan, apenas días después de que otro fenómeno extremo —el tifón Kalmaegi— dejara un saldo devastador en el archipiélago. Con la llegada de Fung-wong, se esperan vientos intensos y lluvias torrenciales en varias provincias ya impactadas por el desastre anterior, que provocó la muerte de más de 220 personas la semana pasada.
La primera víctima confirmada de este nuevo tifón apareció en Catbalogan, en la región central del país. Según informó el rescatista Juniel Tagarino, se trataba de una mujer de 64 años que intentaba evacuar cuando fue arrastrada entre los escombros durante el temporal. “El viento era muy fuerte y llovía mucho”, relató, y explicó que la víctima habría regresado a su casa para buscar algo antes de desaparecer.
En Aurora, donde se espera que el ojo del tifón ingrese durante la noche, la población refuerza sus viviendas con los materiales disponibles mientras monitorea la evolución de la tormenta. “Lo que realmente nos preocupa es que toque tierra sin luz”, dijo Aries Ora, un funcionario local. “No podremos ver con claridad qué está pasando a nuestro alrededor”.
El impacto ya se siente en distintos puntos del país: escuelas y oficinas públicas permanecerán cerradas este lunes en Luzón —la isla más poblada y sede de la capital Manila—, mientras que unas 300 operaciones aéreas fueron canceladas. Catanduanes, una de las zonas más expuestas, registra fuertes vientos, inundaciones y oleaje intenso.
Según la Defensa Civil, casi 1,2 millones de personas fueron evacuadas de manera preventiva en todo Filipinas. Las autoridades temen que Fung-wong descargue hasta 200 litros de agua por metro cuadrado, un nivel capaz de producir nuevos desbordes e inundaciones severas. Los científicos advierten que el calentamiento global está potenciando la intensidad de estas tormentas, alimentadas por océanos cada vez más cálidos y una atmósfera que retiene más humedad.
La emergencia llega en un momento especialmente crítico: la semana pasada, el tifón Kalmaegi provocó grandes inundaciones en Cebú y Negros y dejó al menos 224 muertos y más de un centenar de desaparecidos, según el último reporte oficial. Filipinas, nuevamente, enfrenta el impacto devastador de un clima extremo que no da tregua.