Con el estreno de “Star Wars: El Ascenso de Skywalker” (Star Wars: Episode IX - The Rise of Skywalker, 2019), la saga ‘familiar’ que comenzó George Lucas en 1977 llega a su fin, pero no la franquicia intergaláctica, que ya se extendió a lo largo de series animadas, spin offs y aventuras televisivas con personajes de carne y hueso. Nada parece indicar que Lucasfilm vaya a cerrar su fábrica de sueños, pero el tibio recibimiento de esta última entrega, y un primer fin de semana de recaudación que no estuvo a la altura de sus predecesoras, podría obligar a la productora a sacar el pie del acelerador y repensar su futuro en la pantalla grande.

Este planteo ya había salido a la luz, en parte, como consecuencia de la polémica que levantó “Star Wars: Los Últimos Jedi” (Star Wars: Episode VIII - The Last Jedi, 2017), el fracaso de “Han Solo: Una Historia de Star Wars” (Solo: A Star Wars Story, 2018), la partida de David Benioff y D.B. Weiss -creadores de “Game of Thrones”, que iban a tener a su cargo una nueva trilogía-, y el lanzamiento de Disney+, la plataforma de streaming de la compañía, que parece representar la mejor alternativa para muchos de estos proyectos. De entrada, una opción menos expuesta cuando hay tantos millones en juego.    

Es innegable (y casi inigualable) el poder de esta franquicia que ya lleva más de cuatro décadas uniendo generaciones bajo la bandera de la lucha del bien contra el mal y la esperanza como unificador de toda una galaxia de fans. Pero además, con “Una Nueva Esperanza”, Hollywood entró de lleno en la era de los blockbusters y de las propiedades intelectuales que pueden explotarse hasta el cansancio, abriéndole la puerta a otras sagas como Indiana Jones, Harry Potter y hasta los muchachos y muchachas de “Rápidos y Furiosos” (Fast and the Furious).

¿Se viene una nueva transición? ¿Una nueva era donde estas preciadas PI encuentren hogar y éxito en plataformas on demand minimizando cualquier riesgo? “El Ascenso de Skywalker” abrió su recorrido en la taquilla de Estados Unidos con (apenas) 176 millones de dólares, una cantidad absurda de dinero, sí, pero muy inferior a “El Despertar de la Fuerza” (248 millones) y “Los Últimos Jedi” (220 millones). Esta puede ser la señal de alerta para Disney y Lucasfilm, que tenía demasiadas producciones en el tintero, incluyendo las de Benioff y Weiss, y otra trilogía a cargo de Rian Johnson (director de Episodio VIII). Todos estos proyectos parecen haber caído en el limbo, aunque el estudio planea hacer un anuncio importante durante el próximo mes de enero.

Atrás parecen haber quedado aquellos ambiciosos planes de estrenar una película de la franquicia al año, intercalando episodios de la ‘Saga Skywalker’ con otras historias derivadas de este inmenso universo como “Rogue One” (2016). Los fracasos de taquilla -“Han Solo” es la primera película de la franquicia que reportó pérdidas millonarias- y los desplantes obligaron a modificar este cronograma, por eso el futuro de esta galaxia muy, muy lejana se ve un poco incierto. Hasta Star Wars: Galaxy’s Edge, el parque temático de Disney, no repotó la cantidad de visitantes esperados.

El éxito de “The Mandalorian”, primera serie live action de Star Wars que debutó en Disney Plus el pasado 12 de noviembre (y ya tiene asegurada su segunda temporada), podría recalcular el curso de los próximos lanzamientos encabezados por una segunda aventura televisiva, esta vez, protagonizada por Ewan McGregor volviéndose a poner en los zapatos del joven (ya no tan joven) Obi-Wan Kenobi. Estas decisiones todavía están muy verdes, pero Lucasfilm podría determinar que su preciado tesoro tiene más futuro (y menos riesgo) en la pantalla chica, y no tanto en las salas de cine, ya sean shows semanales o películas originales para aquellos fieles suscriptores.