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La patinadora argentina que lleva cuatro cuarentenas escapándole al coronavirus

De Wuhan a Buenos Aires, pasando por Ucrania y España. La historia de María Andrea An, que se fue de vacaciones y terminó recorriendo miles de kilómetros para huir de la pandemia.

La patinadora argentina que lleva cuatro cuarentenas escapándole al coronavirus
María Andrea An, la patinadora argentina que lleva cuatro cuarentenas escapándole al coronavirus

Se trata de una más de las historias increíbles que están saliendo a la luz por estos tiempos. Sin embargo, no deja de ser atrapante. La protagonista es María Andrea An, la campeona nacional de patinaje sobre hielo, que vivió una verdadera aventura.

Todo comenzó en Wuhan, la ciudad china donde se originó el brote de coronavirus (Covid-19) y a donde la atleta se había ido de vacaciones a visitar a su familia, junto a su novio Germán Parzon.

"Fui a Wuhan para visitar a mi mamá. Yo nací en Argentina pero ella y mi papá, al igual que mis antepasados, son todos de allá. Junto con Germán, salimos el 18 de enero y llegamos el 20 a Shanghai, donde hicimos noche para luego tomar el tren hasta Wuhan", comenzó relatando en una entrevista realizada por el periodista Jorge Blanco en DeporTV.

Tres días después de su llegada, la ciudad empezó con las restricciones por la enfermedad. Ante un escenario cada vez más complejo ("sólo permitían que una persona por departamento fuera a realizar las compras", contó), decidieron volver. Y ahí empezó la odisea para salir de Wuhan y volver a Argentina. Quisieron hacerlo en auto, pero no consiguieron los permisos y nadie garantizaba que las rutas estuvieran abiertas. Entonces, tratativas con la embajada argentina de por medio, tuvieron que esperar a que aparezcan vuelos. Les avisaron que uno salía para Brasil y otro para Ucrania. Por falta de lugar, la opción de viajar al país vecino se frustró, por lo que no les quedó otra que dirigirse a Europa.

"Fueron momentos de mucho nerviosismo. La embajada de Ucrania organizó alrededor de diez combis para ir recogiendo a los evacuados en paradas en toda la ciudad. Fuimos caminando el puñado de cuadras hasta el punto que nos designaron -siempre con barbijo- y al arribar la camioneta nos avisaron que nos iban a tomar la temperatura y que si teníamos más de 37°2, no íbamos a poder subir. Lo mismo sucedería si teníamos alguno de los síntomas característicos del coronavirus", recordó María Andrea.

María y Germán, en las combis de la Embajada de Ucrania para ir al aeropuerto de Wuhan. Foto: DeporTV

Y Germán amplió: "El vuelo era exclusivo para evacuar ciudadanos ucranianos pero se había sumado gente de diferentes nacionalidades. El avión era un típico modelo de cabotaje con dos filas de tres asientos y pasillo en el medio. Estaba preparado sanitariamente para dividir la primera clase donde se ubicaba la tripulación y los médicos, de la clase económica donde nos encontrábamos nosotros. Ambas zonas estaban divididas con un doble nylon con un espacio en el medio donde se cambiaban totalmente de ropa cada vez que venían a tomarnos la temperatura y realizarnos controles".

Cuando arribaron a Kiev, la capital ucraniana, tuvieron que pasar 15 días allí para respetar la cuarentena. Pero para eso, primero debieron recorrer otros 350 kilómetros en una camioneta hasta el centro médico de la guardia nacional ubicado en Novye Sanzhari. En el camino, varias veces su paso fue bloqueado por manifestantes que se oponían a recibir a los evacuados. "Los nervios por aquellos hechos quedaron archivados por lo bien que nos trató la gente del hospital militar y todo el pueblo ucraniano", destacó la deportista. Pero la película tendría más condimentos: la ministra de salud ucraniana Zoryan Skaletska decidió realizar la cuarentena junto a todos los evacuados para llevar tranquilidad al pueblo.

Tras cumplir la cuarentena sin síntomas, recibieron el alta. Y allí comenzó el siguiente capítulo para trasladarse a España y estar un poco más cerca de casa. Luego de hablar con la embajadora argentina en Ucrania, Elena Mikusinski, el operativo estaba diagramado. "Apenas llegamos al Aeropuerto de Barajas nos estaban esperando la cónsul y el cónsul adjunto, quienes habían articulado todo con Aerolíneas Argentinas. Se encargaron de despachar nuestras valijas y acondicionaron una sala vip para que podamos esperar. Todo estuvo re bien coordinado", relató María Andrea.

Hasta que por fin llegó el 7 de marzo, día en el que pisaron suelo argentino. "Llegamos a Ezeiza como un vuelo más, porque las autoridades recién se estaban acomodando a esta avanzada del Coronavirus. Hicimos la declaración jurada y nos estaba esperando el padre de María con el auto para llevarnos a casa. Allí arrancamos la cuarentena de catorce días que terminó el sábado pasado y que empalmó con el aislamiento obligatorio anunciado por el presidente. Por lo que llevamos más de 60 días y cuatro cuarentenas consecutivas", sentenció Germán.

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