El voleibol femenino argentino no es una casualidad. Por algo es uno de los deportes más practicados por las chicas en los colegios y los clubes a lo largo y a lo ancho del país. Por algo se llenan los polideportivos cada vez que hay acción en una Liga Argentina Femenina -que comienza este viernes- o en los torneos metropolitanos y provinciales, incluso en aquellas instituciones en las que el fútbol se lleva la gran parte del espectáculo. Por algo el trabajo realizado en las selecciones de base empezó a dar sus frutos con resultados que parecían utópicos años atrás, como las clasificaciones a los mundiales de Italia 2014 y Japón 2018, la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y la doble presencia en los Juegos Olímpicos (Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020) por primera vez en la historia.

Todo eso hacía latir un sueño que hace tiempo ronda en la cabeza de un grupo de jugadoras. Una ilusión que recibió el empujón que le faltaba a partir de que el fútbol femenino logró convertirse en profesional, que comenzó a viralizarse en redes sociales después de que Las Panteras gritaron que son olímpicas otra vez, y que plantó definitivamente la discusión sobre la mesa en las últimas horas con un comunicado firmado por más de 150 voleibolistas que piden: "Profesionalización del vóley femenino".

Natalia Espinosa, junto a Julieta Lazcano, Tatiana Rizzo y Elina Rodríguez, es la responsable de haber levantado el teléfono y empezado a generar una cadena con las voluntades de jugadoras y ex jugadoras que no quisieron quedarse calladas. "Cuando hablamos de igualdad, en este caso sobre el vóley femenino, es el mismo pedido de igualdad que se hace en la sociedad. No es una guerra entre hombres y mujeres, se trata de hacer visible las cosas que uno tiene naturalizadas", explicó la ex capitana de Boca en diálogo con Filo.News.

El comunicado menciona ocho reclamos específicos que este medio profundizó hablando con Mariángeles Cossar, Daniela Gildenberger, Graciela "Cheli" Allende, Carla Castiglione y Antonela Curatola, referentes de Boca, River, San Lorenzo, Gimnasia y Esgrima La Plata y Vélez.

"Hay muchas diferencias entre hombres y mujeres. Los presupuestos, la infraestructura para el desarrollo de los entrenamientos, la disponibilidad de horarios, viajes", comenzó enumerando Allende. Y Cossar también puso el foco en el formato del torneo más importante del país a nivel clubes. "Que tengamos una liga más larga como la de los varones y que no se superponga con el calendario internacional", sostuvo.

Por su parte, Curatola describió: "Tenemos viáticos y/o becas pero no un sueldo. Tenemos staff pero en muchas ocasiones faltan médicos, kinesiologos, estadígrafos... y lo más importante: no nos podemos dedicar 100% a nuestro deporte, entrenamos solo una vez por día, ya que en la otra mitad trabajamos o estudiamos porque no podemos vivir con ese viático".

Además, la jugadora de Vélez apuntó a la difusión. "A los varones los televisan por lo menos una vez por semana, siempre hay una o dos fechas que son televisadas, pero de la Liga Femenina sólo televisan semifinal y final", indicó.

Mientras que Castiglione sumó a la lista los aportes: "Cuando vamos a jugar al exterior no hacemos aportes para nuestra jubilación o para volver y tener una obra social".

"Se acercaron de clubes, de alguna Federación y muchos políticos de varias provincias queriendo sumarse a dar apoyo y para decirnos que contamos con ellos, pero todavía no nos sentamos a charlar con nadie", reveló Espinosa respecto de las primeras repercusiones que generó el proyecto. Aunque los ecos internos en cada institución fueron dispares.

El camino hacia la profesionalización

El entusiasmo por la ola que se generó a partir de que lanzaron el reclamo es unánime entre las jugadoras. Sin embargo, las sensaciones varían cuando se trata de visualizar qué tan cerca está de lograrse el objetivo.

"Hay muchas trabas. Primero que reconozcan que las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres. Creo que va a ser un camino largo, difícil y no se va a profesionalizar de un día para el otro, pero por algún lado hay que empezar. Si las federaciones y los clubes se ponen de acuerdo para ir dándonos las cosas que nos merecemos, se van a ir logrando avances", señaló Cossar.

En esa línea, Curatola amplió: "Nos tienen que dejar de ver como pibas que jugamos al voley y nada más. Somos mujeres que practicamos un deporte con tanta pasión que hoy se planta y pide una real profesionalización porque trabajamos mucho, llenamos estadios, tenemos roles protagónicos en los clubes y en la Selección. Nosotras también tenemos hoy a nuestras Hugo Conte, Marcos Milinkovic, Javier Weber, Waldo Cantor, Daniel Castelani, Esteban Martínez".

"Las personas que tienen las herramientas para poder realmente modificar algunas de las cosas que se nombran en el comunicado, no lo hacen. Tal vez, no están interesados, no lo sé. Me resisto a creer que es incapacidad", insinuó Gildenberger. Y se preguntó: "Es una pena que estemos invirtiendo tanto tiempo en hacernos oír en vez de, por ejemplo, estar buscando Sponsors para crecer, aunque... ¿Eso también lo que tenemos que hacer las jugadoras?".

Más optimistas son Allende y Espinosa, que no identifican un obstáculo puntual que pueda complicar la marcha rumbo a la profesionalización. "Si había una traba, creo que hoy en día estamos dando un paso enorme visibilizando la situación del vóley", sostuvo la capitana de San Lorenzo. Y Espinosa sentenció: "A raíz de nuestra iniciativa, son muchas las personas que se están acercando para sumar. Entonces ya no sé cuantas trabas hay".

El 2019 fue el año del fútbol femenino. ¿Será el 2020 el del vóley femenino?