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Ciencia

¿Mucho de un poco, o un poco de muchos? La importancia de la biodiversidad

Hoy se celebra el Día de la Biodiversidad, pero...¿por qué es tan importante?

¿Mucho de un poco, o un poco de muchos? La importancia de la biodiversidad

El término “biodiversidad” surgió de la contracción de la expresión “diversidad biológica”, utilizada por primera vez en el año 1986 por el biólogo Walter G. Rosen en el marco de la organización del National Forum on BioDiversity (Foro Nacional sobre la BioDiversidad). Luego de esa primera aparición en el ámbito académico, la palabra comenzó a ser utilizada en ámbitos más técnicos y de gestión de recursos naturales, integrándose, en la actualidad, a discusiones socio-políticas y culturales.

Ha tomado tanta relevancia a nivel mundial que en el año 2000 la Asamblea General de las Naciones Unidas impuso el 22 de mayo como el Día Internacional de la Biodiversidad. Particularmente, este año se celebra la biodiversidad como catalizador clave para transformar los sistemas alimentarios y mejorar la salud de los seres humanos.

La diversidad en una cucharita

Probablemente cuando pensamos en biodiversidad se nos viene a la cabeza la imagen de una selva tropical con miles de árboles altísimos, lianas y pájaros de muchos colores; o una sabana africana con sus cientos de grandes herbívoros acechados por los felinos más populares. Sin embargo, a nadie se le ocurre que en una simple cucharadita de tierra hay millones de organismos como bacterias, hongos y bichos, y que eso también es biodiversidad. 

Debido a la complejidad de la vida misma, la definición no es tan simple como parece. En 1992, el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica la definió como la "variabilidad de los organismos vivos a todos los niveles, incluyendo la diversidad de especies, entre especies y de los ecosistemas”. Pero a pesar de que esta definición es muy abarcativa, se puede decir que incluso se queda corta.

En 2015, La Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en inglés) la define de la siguiente manera:

La variabilidad de los organismos vivos a todos los niveles, incluyendo, entre otros, ecosistemas terrestres, marinos y otros sistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que forman parte. Esto incluye variación en las características genéticas, fenotípicas, filogenéticas y funcionales, como así también cambios en abundancia y distribución en el tiempo y el espacio dentro y entre especies, comunidades biológicas y ecosistemas.

En pocas palabras, la biodiversidad, además de considerar la variabilidad de los seres vivos (desde muchos aspectos) sobre la tierra, considera la variabilidad en las relaciones entre ellos, tanto en el tiempo como en el espacio.

La biodiversidad en nuestra vida cotidiana

De acuerdo a su definición, la biodiversidad implica la existencia de millones de organismos vivos con múltiples rasgos diferentes, como texturas, colores, formas y funciones. Pero lo más importante es que esta variedad de organismos es la que permite que los seres humanos gocemos de un montón de beneficios, y que la vida sobre la Tierra se perpetúe ante variaciones en las condiciones climáticas, o fenómenos naturales extremos.

Los “beneficios ecosistémicos” (también llamados “servicios ecosistémicos”) son aquellos  que brindan los ecosistemas y la interacción de los seres vivos que forman parte de ellos, como por ejemplo la provisión de agua y alimentos, el control del clima y las enfermedades, la fertilidad del suelo, e incluso cuestiones más abstractas como el valor espiritual, recreacional o estético del ambiente que nos rodea.

Casi todo lo que consumimos diariamente proviene de los recursos que nos brinda la biodiversidad. Según el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica, el 40% de la economía mundial y el 80% de las necesidades de los ciudadanos más pobres dependen de los recursos biológicos. Por ejemplo, los humanos usamos al menos 40.000 especies de plantas para producir comida, vestimenta y refugio, y muchas más si tenemos en cuenta aquellas utilizadas en medicina. Es por ello que cuando hablamos de mantener la biodiversidad, estamos hablando también de mantener el bienestar humano. Lo cual implica por ejemplo, mantener el acceso a agua limpia, energía y alimentos, entre otros.

Sin embargo, a pesar de lo importante que es para la humanidad, estamos perdiendo biodiversidad a una velocidad preocupante. La alteración desmedida de los ecosistemas en función de intereses económicos que benefician a unos pocos está ocasionando una cascada de eventos que afectan beneficios ecosistémicos esenciales para la vida humana. Hace unas pocas semanas, se dio a conocer un informe realizado por el IPBES que pone en evidencia la magnitud de la pérdida de biodiversidad como consecuencia de las actividades humanas.

Comprender la importancia de la biodiversidad tanto desde el punto de vista individual como desde los organismos gubernamentales es fundamental para garantizar su existencia. Desde lo individual, cualquier acción mínima que podamos realizar, en lo cotidiano, para disminuir el impacto de la actividad humana sobre la naturaleza puede contribuir a la preservación de la biodiversidad. Desde los organismos gubernamentales, es necesario que dejen de lado las diferencias políticas, de razas o religiones para desarrollar estrategias e implementar acciones comunes respecto a la conservación de la biodiversidad. Aunque parezca difícil de alcanzar, afortunadamente hemos comenzado a transitar ese camino como sociedad.

*Investigadora Asistente del CONICET (IMBIV-UNC)

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