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Espectáculos

Boy Olmi: "El humor es una forma elevada de la inteligencia"

Inquieto, curioso, sensible. Presenta su protagónico en la obra “Para mí, para vos”, al tiempo que no se autodefine con una única profesión. Tras su paso por MasterChef y mientras conduce La Hora Exacta, documenta y encara proyectos con el compromiso de poner sus herramientas al servicio de comunicar y generar conciencia, como un medio. “El teatro es un viejo Filo.news que viene desde muchos siglos”, reflexiona en esta nota.

Boy Olmi: "El humor es una forma elevada de la inteligencia"
Boy Olmi: "El humor es una forma elevada de la inteligencia"

«Trabajo hace unos 45 años haciendo personajes y lo que me desafía es que sean distintos como lo terminan siendo». Boy Olmi se sumerge en el universo del dramaturgo ruso Antón Chéjov y en uno de sus personajes más característicos: Vanya. Esta historia es más bien la adaptación del espectáculo de Broadway del director Christopher Durang, que obtuvo un Premio Tony como Mejor Comedia (2013). Por primera vez adaptada en Buenos Aires, la comedia nos traslada a Villa Elisa (La Plata), en tiempos de hoy. Masha (Soledad Villamil), una reconocida actriz de cine y televisión, vuelve a la casa familiar donde viven sus hermanos. Ella no sabe bien por qué regresó a esos rincones donde parece no haber transcurrido el tiempo, y donde todavía permanecen Vanya y Sonia (Laura Oliva) como esperando que algo suceda.

“Esta es una comedia muy divertida, que a la vez tiene una profundidad, y a veces eso no es lo habitual en una comedia tan divertida. Porque abreva en el universo emocional. Si el teatro cumple con su función, uno tiene que entrar de una manera y salir modificado”, reflexiona en diálogo con Filo.news.

“Para mí, para vos” cuenta con la dirección del también actor Héctor Díaz (que viene de “Laponia”, y de realizar una participación en la nominada al Oscar “Argentina, 1985”), y con un elenco de actuaciones que componen Villamil, Paula Ransenberg (“Laponia”), Tupac Larriera (“El hombre de tu vida”, “Señores Papis”) y Ailin Zaninovich (“La odisea de los giles”).

"Nuestro enemigo suele ser el miedo, cuando el teatro es un acto de fe como artistas logramos vencerlo", Boy Olmi.

“La obra es muy original”, destaca Boy, quien se maravilla al evocar el sentido del teatro, una tradición vigente desde “la época de los griegos”, cita. “Tiene una cantidad de sorpresas permanentes, de cajas chinas que se van abriendo que hace que se revele una sorpresa detrás de otra. Por mi parte, vivo esta 'vuelta' al teatro pospandémica como una gran fiesta a esa ceremonia sagrada que es intentar resonar con el alma de las personas que están en la platea para que se modifique, en este caso a través del humor, que es una forma elevada de la inteligencia y algo muy importante en la vida. Así como la música abre nuestros corazones sin que tengamos que racionalizar demasiado, el humor va a nuestras emociones y nos permite hablar de cosas que de otra forma tal vez no lo haríamos”, destaca.

Ocupado creando

Observador, emprendedor y dueño de una sensibilidad que lo motiva a reflexionar y a comunicar causas que amenazan a la humanidad y al planeta, Boy recuerda uno de sus primeros acercamientos al arte que lo marcó, que lo conmovió para siempre.

“A mis 6 años vi ‘Lawrence de Arabia’ (David Lean, 1963) una película que es clave en mi historia del cine y a la que le rindo homenaje en ‘Para mí para vos’. Me acuerdo que generó en mí cierta conmoción de lo que es el cine: esa ceremonia que ocurre a oscuras, con alguien que te cuenta un cuento, que igual que el teatro debe resonar en el alma de uno por razones misteriosas y personales. Es algo que me pasó de chico y me llevó a pintar un cuadro con témpera que lo exhibieron en el colegio y que todavía lo tengo en mi casa. Y probablemente haya tenido que ver con mi deseo de ser actor, jugar a contar historias, ser otros, para al mismo tiempo compartirlo con otros y que eso genere algo bueno”, expresa.

El recorrido profesional de ese niño lo ha distinguido y reconoce como una de las personalidades más versátiles, carismáticas y acompañadas por el público. En la televisión argentina, encabezó el elenco de telenovelas más vistas desde “Rebelde Way” (2002-2003), a (la versión local de) “La Niñera” (2004-2005), con participaciones en “De Corazón” (1997), “Los Simuladores” (2002-2004), “En terapia” (2014), y tantas. Mientras que en cine, filmó su ópera prima “Sangre del Pacífico” en 2008, con Delfi Galbiati y China Zorrilla; y en 2014, presentó su documental “Jane & Payne” que sigue el encuentro en la Patagonia de los activistas ambientales Jane Goodall y Roger Payne. 

Actor, documentalista, director, artista, participante, conductor, lector, viajero. Durante la pandemia, protagonizó junto a su compañera de vida, esposa y colega, Carola Reyna, la obra por streaming “En Casa-Miento”.

Además viene de un reciente paso por MasterChef Celebrity, y actualmente conduce La Hora Exacta (con Teté Coustarot) por El Nueve. Títulos que tan sólo resumen una porción de su camino repleto de proyectos artísticos que combina con su interés por las causas ambientales.

Boy Olmi, actor, director, documentalista, conductor | Foto: Instagram @boyolmi

“A mí me interesan muchas cosas, no me defino sólo como un actor”, asegura. “Si bien esa es mi profesión, y vivo mucho de ese trabajo y es una de las herramientas que más desarrollé, no me autodefino solo por eso. Como persona me van pasando cosas, y esas son las que me llevan a ponerme delante y atrás de una cámara, a responder una entrevista y a veces ser el que la produce. En la vida a veces acudimos a rutinas y a veces están para romperlas”, asevera con una sonrisa.

“Soy muy curioso. Lo que me interesa tiene que ver por un lado con lo que me estimula, descansa y a la vez me hace crecer; y por otro, con lo que me preocupa y me inquieta. En este caso: cosas muy serias que ocurren en el sistema humano como los hábitos que hemos desarrollado para abastecer nuestra codicia cuando no estamos teniendo en cuenta que pertenecemos a un sistema único, que pertenecemos a lo mismo y tenemos que encontrarnos ahí para crear un mundo mejor” — puntualiza — “El cambio climático me parece una de las cosas más graves que está enfrentando la humanidad y tenemos que dar un salto muy importante en la calidad de la especie que somos nosotros, porque estamos en peligro”.

“Estamos todos tratando de evolucionar juntos como especie”, Boy Olmi.

El reparo por aquello (y aquellos y aquellas) que nos rodea, es uno de los temas centrales en “Para mí, para vos”. Allí, el personaje de Boy, Vanya, tiene un diálogo donde reflexiona cómo cuesta conectarnos “a la velocidad que está transcurriendo la vida…”. “Tengo una relación compleja con la tecnología”, analiza sobre su propia experiencia. “Creo que es una herramienta, que puede ser utilizada para bien o para mal de los demás y de cada uno. Ese reemplazo o adicción que genera su uso para tapar la angustia que sentimos todos los seres humanos, me parece un peligro. Al mismo tiempo es fabulosa como elemento democrático de comunicación, velocidad; y que a la vez no tan democrático porque está manipulado como está manipulado todo: te llega información porque sabe que 'te tiene que gustar', (el famosos algoritmo que) sabe más que nadie la música que escuchás y consumís. Es una herramienta de doble filo, como casi todo”, opina.

 Convencido de que todas y todos “somos espirituales”, le llama la atención cuando se lo atribuyen como una característica propia, como una singularidad de su personalidad. “Es raro cuando alguien me dice que soy yo una persona espiritual porque el cuerpo y el alma son cosas que conviven en todos los seres humanos. Estamos todos tratando de evolucionar juntos como especie. A veces pasa que algunas conciencias están dormidas pero están, se trata de pasarlo un poco por la percepción. A mí me interesa poner mis herramientas al servicio de comunicar lo más rápido posible y generar esa conciencia para que entendamos que tenemos que avivarnos rápido. Filo.news puede que sea una herramienta. El teatro es un viejo Filo.news que viene desde muchos siglos antes de Cristo”, manifiesta.

Retomando su analogía inicial sobre los tiempos grecorromanos, Boy habita el teatro como un espacio místico, como un templo artístico, un partenón donde a la hora de ensayar y encarar a su personaje, su desafío fue creer para afrontar sus propias inseguridades.

“Nuestro enemigo suele ser el miedo. El teatro es un acto de fe y cuando logramos vencer el miedo a través de la confianza -algo que decimos en la obra-, empiezan a resonar cosas dentro nuestro: aparecen intuitivamente, como las constelaciones familiares donde de golpe el cuerpo toma un lugar que uno no prevé pero naturalmente te va llevando a ese lugar. Cuando podemos confiar en que nosotros como artistas estamos preparados, cuando nos dejamos llevar por eso que nos guía, que no es sólo la cabeza o la técnica, arribamos a lugares increíbles. Cada actor y actriz es una maquinaria muy distinta, hace su ejercicio de una forma muy diferente. Lo que me sorprende de este acto mágico es que uno con un barco a vela, otro con uno a motor, o lancha, a remo o con un trasatlántico, vamos todos a converger al mismo puerto, muelle, en un mismo momento”, metaforiza hacia el final de esta entrevista.

“Me admira ver a otros actores confiando en los ojos de otro. Pienso que ahí hay alguien que va a devolver con tu mirada, lo que dice este intercambio. Como el público. No es que tengo que buscar una respuesta sino que en vos encuentro la expresión. Eso ocurre en el teatro, porque de eso se trata”, cierra.

Boy Olmi presenta “Para mi, para vos”, una comedia con una profundidad, un universo de sentido que como actor, conductor, cineasta, comunicador y persona comparte desde y mediante el arte.

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