Javier Milei: "Una empresa puede contaminar todo lo que quiera"
Las controvertidas declaraciones de Javier Milei en el Congreso Económico Argentino despertaron un intenso debate sobre la gestión de recursos naturales y la protección del medio ambiente en el país.
El candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, volvió a ser el centro de atención y polémica durante su participación en el Congreso Económico Argentino, realizado en el predio de La Rural. En un discurso que dejó molestos a muchos de los presentes, el libertario planteó su postura en relación a la contaminación de los recursos naturales, específicamente el agua.
"Una empresa puede contaminar el río todo lo que quiera", afirmó el diputado ante una audiencia sorprendida por sus palabras. "¿Adónde está el daño? ¿Dónde está el problema ahí? Eso, en realidad, habla de una sociedad a la que le sobra el agua, y el precio del agua es cero", continuó.
El argumento del candidato se centró en la falta de derechos de propiedad sobre el agua como la raíz del problema. Según Milei, la ausencia de un marco legal que defina la propiedad del agua impide que las empresas tengan un incentivo para preservar este recurso vital. "Cuando falte el agua, alguien va a ver un negocio ahí y va a reclamar los derechos de propiedad", afirmó. "Van a ver cómo ahí sí se termina la contaminación", sentenció el candidato.
La reacción a las declaraciones fue inmediata y polarizada. Por un lado, sus seguidores aplaudieron su enfoque en la propiedad privada como una solución a largo plazo para la preservación de los recursos naturales. Argumentaron que la incentivación de la inversión privada en la gestión del agua podría conducir a una mejor administración de este recurso y a la reducción de la contaminación a largo plazo.
Por otro lado, críticos y defensores del medio ambiente expresaron su preocupación por la visión del candidato, que parecía relativizar los daños ambientales causados por la contaminación del agua. Insistiendo en que la salud de los ecosistemas fluviales y la salud pública están en juego cuando se permite la contaminación sin restricciones.