Tras unirse Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en abril de este año, el gobierno de Sauli Niinistö cerró la frontera con Rusia esta semana y despertó la efusiva reacción del presidente Vladimir Putin, que remarcó que antes "no había disputas" y advirtió que "ahora las habrá".
Sumido en su campaña electoral para las próximas elecciones en Rusia y la discusión de estrategias militares por el conflicto con Ucrania, a Putin no se le escapan las novedades que pueden incidir en su política de relaciones exteriores. Luego de que el gobierno finlandés cerrara la frontera que comparte con Rusia, de 1.340 kilómetros, y de la firma de un nuevo acuerdo con Estados Unidos, el presidente ruso fue contundente al dar su punto de vista.
"Ellos -por Occidente- arrastraron a Finlandia a la OTAN. ¿Teníamos alguna disputa con ellos? Todas las disputas, incluidas las territoriales de mediados del siglo XX, hace tiempo que se resolvieron", remarcó Putin.
En esa línea, el presidente señaló que "allí no había problemas, ahora los habrá porque crearemos el distrito militar de Leningrado y concentraremos allí una cierta cantidad de unidades militares".
Durante el acto de apoyo de su candidatura para los comicios del 2024, Putin se refirió al conflicto con Ucrania y culpó a Occidente por utilizar sus influencias. "Habiendo desatado una verdadera agresión -que se intensificó año tras año-, las élites occidentales esperaban no sólo colapsar la economía y la esfera social de Rusia, sino también nuestro sistema político y estatal", argumentó.
"Los métodos para tal desestabilización son bien conocidos y fueron probados por las elites occidentales en muchas regiones del mundo durante las llamadas Revoluciones de Color, pero esas recetas no funcionaron y no funcionarán en relación con Rusia, un Estado libre, independiente y soberano", agregó el mandatario ruso.