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Cine y series

Día del cine nacional: una secuencia de películas que dialogan entre sí

En esta fecha que conmemora el estreno del primer film hecho en Argentina, desde Filo.news preparamos un homenaje audiovisual que repasa, como en una misma continuidad, muchas de nuestras imágenes y por lo tanto, nuestra propia idiosincrasia.

Día del cine nacional: una secuencia de películas que dialogan entre sí
Día del cine nacional: una secuencia de películas que dialogan entre sí

Argentina, 1909. Un año antes de celebrar el centenario de la fundación del primer gobierno patrio autónomo, el cine argentino llegaba a representarlo. Ese 23 de mayo, dos días antes del estallido del pueblo frente al Cabildo y la destitución del Virrey Cisneros, Mario Gallo, un italiano que había llegado al país presenta en el teatro Ateneo de la esquina de Corrientes y Maipú, una proyección de 5 minutos de duración, en blanco y negro, escenografía de telón y con placas de texto que dividen los hechos en escenas, como episodios. “La Revolución de Mayo” fue en efecto, la que pasó a la historia como la primera película argentina.

Recién en 1933 con “¡Tango!” llegaría el primer largometraje sonoro que reuniría a Tita Merello, a Libertad Lamarque y a Luis Sandrini, tres de las mayores estrellas en un mismo drama. En esos años, conocidos como la década infame por el estallido del golpe de Estado cívico-militar que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, sucedería paradójicamente la Edad de Oro del cine argentino: con sucesos como Carlos Gardel (en “Tango bar” y “El día que me quieras”, ambas de 1935), Mirtha Legrand en (“Los martes, orquídeas”, 1941), el primer film considerado bajo el género de “político”, “Por una Argentina grande, justa y civilizada” (1931), de Federico Valle; y más nombres como el cineasta Mario Soffici y la artista Niní Marshall

Tita Merello en "¡Tango!", el primer largometraje con diálogos.

Los 40 los marcará una de otra de las actrices más reconocidas, Zully Moreno con éxitos como “Dios se lo pague” (1947). Los 50, se destacan con Leopoldo Torre Nilsson, la icónica adaptación “Rosaura a las 10” con Susana Campos (1958) y el surgimiento de figuras como Hugo del Carril.

En 1965, el debut de uno de los directores que transformó la filmografía con una mirada innovadora y sensible, Leonardo Favio, homenajeado en la pasada edición del Festival de Cine de Mar del Plata. Su ópera prima, “Crónica de un niño solo”, fue el principio de una seguidilla de títulos como “Juan Moreira” con Rodolfo Bebán, y a futuro “Nazareno Cruz y el lobo” (1975), “Gatica, el Mono” (1993) y tantas más.

"Crónica de un niño solo", la ópera prima de Leonardo Favio.

Los ‘70 estuvieron marcados por la primera nominación al Oscar de una película argentina, “La tregua” (1974), con Héctor Alterio, Ana María Picchio y Antonio Gasalla. El mismo año que “La Patagonia rebelde”, en los comienzos de Luis Brandoni (que ya había filmado casi una veintena de films) y de “La Mary”, el drama pasional de suspenso protagonizado por Susana Giménez y Carlos Monzón.

"La tregua", la primera argentina nominada al Oscar.

El terror de la última dictadura cívico militar, el exilio de decenas de artistas prohibidos, y la más cruenta masacre que “podríamos calificar como el mayor genocidio que registra la joven historia de nuestro país”, citando al fiscal Julio Strassera (o cuando Ricardo Darín lo evoca en la reciente “Argentina, 1985”), dio paso a un cine de denuncia y registro, que contó el horror a través de adaptaciones de sus películas. Desde “Camila” (1984) –la primera película filmada en democracia– de la cineasta pionera María Luisa Bemberg junto a su productora Lita Stantic; por supuesto la primera ganadora del Oscar (justamente y como símbolo un 24 de marzo) “La historia oficial” de Luis Puenzo (1985) con Alterio y Norma Aleandro, “La Noche de los Lápices” (1986) de Héctor Olivera que se animó a narrar con –Alejo García Pintos (el juez del film de Santiago Mitre) como Pablo Díaz, y un joven Leonardo Sbaraglia– la lucha por el boleto estudiantil de un grupo de adolescentes que fueron secuestrados, encerrados y torturados en varios centros clandestinos de detención como el Pozo de Arana, el Pozo de Banfield, la Brigada de Investigaciones de Quilmes y la Brigada de Avellaneda.

"Camila", de María Luisa Bemberg fue la primera película grabada en democracia.

El mismo emblemático 1985 del juicio a las juntas militares, se estrenaba una película costumbrista, y rupturista que la crítica destrozó porque su elenco gritaba mucho. Esa era “Esperando la carroza”, de Alejandro Doria, y basada en la obra de Jacobo Langsner, con China Zorrilla, Brandoni, Gasalla, Mónica Villa, Betiana Blum, Julio de Grazia, Juan Manuel Tenuta y Andrea Tenuta. En 1988, Pino Solanas estrenó “Sur”, mientras que en 1993, Stantic lanzó su film como directora: “El muro del silencio”, el mismo año que Tanguito (Fernán Mirás) diría que “todo no se compra ni se vende” en “Tango Feroz”, de Marcelo Pineyro. Dos años después, “Caballos Salvajes” con su inolvidable “La puta que vale la pena estar vivo”.

"Caballos salvajes" y su escena icónica.

El Nuevo Cine Argentino llegó con la visión de cineastas sensibles a la crisis económica, la representación de un mundo laboral y la falta de cupos de trabajo, de películas que se apartaran del star system hollywoodense. Esos talentos con el ojo en la cámara fueron Adrián Caetano, Bruno Stagnaro, Lucrecia Martel, Pablo Trapero, algunos de muchos y muchas con sus títulos “Pizza, birra y faso” (1998), “Mundo Grúa” (1999), “La ciénaga”, elegida como "la mejor película nacional de todos los tiempos" (2001). Sin embargo, los 2000 trajeron un paréntesis en esa selección: “Nueve Reinas” de Fabián Bielinsky con Darín y Gastón Pauls.

Mercedes Morán y Graciela Borges en "La ciénaga".

En 2005, un joven director que la crítica decía que “hacía cine en televisión” con "Los Simuladores" estrenó su segunda y divertida película “Tiempo de valientes”, con Diego Peretti y Luis Luque. Damián Szifrón que lanzará en 2014 la película que más espectadores reunió en las salas de la filmografía nacional y que diez años más tarde, este 2023, estrenó “Misántropo”. La taquillera pero popular y reveladora “Un novio para mi mujer” (2008) con Adrián Suar y Valeria Bertuccelli y su “Gachi y Pachi”, y un año después, la conmovedora “El secreto de sus ojos“ de Juan José Campanella, basada en la novela de Eduardo Sacheri y la segunda en ganar el Oscar, de las manos de Pedro Almodóvar y Quentin Tarantino. Interpretación que dio un giro 360 en la interpretación de Guillermo Francella como Pablo Sandoval, junto a Darín y a Soledad Villamil.

Este breve, reducido y selectivo recorte podría continuar con “El ciudadano ilustre” (2016), “El cuento de las comadrejas” (2019), “El Ángel” (2019), “La odisea de los giles” (2019), y tantas. Todo queda corto y no se puede limitar a una nota.

Por otra parte, el cine no es tal sin su personal ni su financiación y sus recursos. Bajo las consignas las consignas #EnEstadoDeAlerta y #LaCulturaEsUnDerecho el 2022 se vio atravesado de sucesivas manifestaciones en torno a la sanción del proyecto de ley de las asignaciones específicas a las industrias culturales, que postergaba a 50 años más su caducidad. Finalmente, con la ley aprobada, trabajadores y trabajadoras exigen el cumplimiento de estas medidas para el sector: entre ellas por supuesto la destinación de los fondos que "se comprometió a aportar el Tesoro Nacional para que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales pueda seguir funcionando durante 2023", así como el debate por la nueva Ley de Cine.

Con este recorrido, aquello que falta y lo que queda por recorrer, te invitamos a que mires el especial audiovisual que realizamos desde Filo.news, celebrando cómo y cuánto se cuenta nuestro cine.

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